En Amberes, durante el siglo XIX, los soldados eran atendidos en este antiguo hospital militar de arquitectura neoclásica. Dentro del complejo original se encontraba un convento, cuya diversa tipología de edificios servía de hogar a las monjas que cuidaban de los soldados. El edificio frontal albergaba un área de recepción para visitantes e invitados, mientras que una capilla más elaborada, ubicada en el centro, facilitaba el culto.
La estrategia de Vincent van Duysen –en colaboración con Wouter Callebaut Architecten– para convertir esta gema oculta y sus jardines en el sereno refugio urbano que es ahora el Hotel August fue respetar el ADN histórico del sitio y sus alrededores y alinearse con los principios generales que rigen la remodelación de los edificios catalogados. Todas las decisiones de diseño se han guiado por el respeto a la arquitectura existente, con la intención deliberada de no permitir que las obras estructurales necesarias creen impedimentos visuales.
El esquema interior enriquece las características originales, destacando los paneles de madera gris-verde y las molduras blancas, reintegrando elementos que ya estaban allí y reproduciendo otros que habían sido dañados, al tiempo que se han introducido selectivamente componentes negros para distinguir lo contemporáneo de lo clásico. Este enfoque de diseño se ha aplicado conscientemente a lo largo del proyecto, reviviendo la sensación clásica, respetando las tradiciones del siglo XIX. Las instalaciones y los accesorios están hechos a medida, con iluminación de Flos y muebles de Vincent van Duysen para Molteni & C, todos ellos especialmente desarrollados para el hotel.
El establecimiento invita a sus visitantes a reunirse en el bar dentro de la antigua capilla y a participar en sus diversas ofertas, como saborear una buena comida en el restaurante iluminado por el sol, experimentar el laberinto de jardines y pasar la noche en una de sus 44 habitaciones. El objetivo es que los huéspedes se sientan bienvenidos y cómodos en un ambiente agradable y hospitalario.
Vincent van Duysen es el arquitecto del momento, una de las figuras más destacadas en la escena del diseño internacional. Desde su estudio en Amberes trabaja sirviéndose de materiales puros y táctiles que dan como resultado un diseño claro y atemporal. Su enfoque cubre todos los aspectos, con respeto al contexto y la tradición, dentro del cual los sentidos y la experiencia física del espacio, los materiales y la luz sitúan al usuario en el centro.
Funcionalidad, durabilidad y comodidad son los componentes principales del trabajo de van Duysen. Un lenguaje arquitectónico que no es ajeno a la estética pero que resiste modas y tendencias. Respecto a este proyecto, Duysen asegura: “Lo más importante es que sea un lugar donde la gente pueda sentirse tranquila, cómoda y en casa, pero sin descuidar el hecho de que estamos en un lugar que antes era sagrado. Llamo a mi propia casa en Amberes un ‘santuario’ y estoy seguro de que el hotel August será otro santuario, lo que me hace muy feliz”.