El nuevo destino de turismo rural más chic de Portugal
Herdade da Malhadinha Nova es un complejo turístico rural situado en la región portuguesa de Alentejo. Entre olivos, viñedos y bodegas, encontramos un gran recinto formado por un hotel-spa y unas casas de campo modernas donde pasar estancias rodeados de naturaleza, buena gastronomía y mucho estilo.
La familia Soares soñaba con un lugar donde la realidad excedería la imaginación. Donde la naturaleza trajera paz y el tiempo se detuviera. En 1998, su sueño se hizo realidad cuando transformó una tierra abandonada en el corazón de la región portuguesa de Alentejo en un dominio que da vida a productos genuinos. Nació Herdade da Malhadinha Nova. Hoy, la finca contiene múltiples alojamientos de lujo, un spa, viñedo, un vasto olivar, restaurante y bodega. El idílico paisaje rural contrasta con la modernidad de la decoración interior de la finca. Distintos alojamientos, cada uno con su propio nombre y carácter, están salpicados en varios rincones del dominio. Como un trabajo de artesanía, cada una está diseñada de manera diferente y contiene múltiples suites de lujo. Solo el tiempo, la naturaleza y la autenticidad sirven como un denominador común.
“Este proyecto comenzó como una recuperación de ruinas abandonadas y era nuestro sueño traer de vuelta el recuerdo de esas casas originales. Con esa visión en mente, elegimos cuidadosamente materiales y muebles específicos. Las mesas de las bandejas de Ethnicraft, por ejemplo, nos recordaron al hierro pintado de negro, utilizado a menudo por artesanos locales en el pasado ", cuenta Rita Soares.
Rodeado de viñedos, todo comenzó con Herdade da Malhadinha Nova Country House & Spa, donde la tradición rural se combina con el diseño contemporáneo. En Casa das Pedras, por otro lado, el minimalismo es clave: construido en concreto pigmentado con el color dorado del heno, la arquitectura contemporánea sirve como una extensión de la naturaleza en la que se encuentra. Un poco más adelante en el camino, Casa do Ancoradouro destaca con su piso de terracota producido manualmente. Casa da Ribeira se inspiró en el cercano arroyo Terges. Sus suelos de roble y tonos azules hacen de la villa un paraíso de vida slow.
Además de estos alojamientos que hemos podido ver, también está la Casa das Artes e Ofícios, que es un homenaje a las artes y la artesanía. El arte siempre está presente en esta casa, donde las exposiciones, reuniones y talleres son una constante. Presenta la particularidad de tener a la venta la mayoría de sus muebles y objetos de decoración. Finalmente, la villa Venda Grande es el epítome de "lo viejo se encuentra con lo nuevo". En el siglo anterior, sirvió como la principal tienda de comestibles de la ciudad. Ahora, la familia Soares lo ha renovado con mucho respeto por sus elementos auténticos.