El hotel prefabricado que desaparece en el paisaje

Este proyecto es obra del estudio de arquitectura MAPA. El Hotel Sacromonte  se define como "hotel paisaje" y se ubica en tierras salvajes del este de Uruguay, en Pueblo Edén (Maldonado), en un enclave de más de 100 hectáreas. Equidistante de Punta del Este, José Ignacio y Pueblo Garzón, configura un ecosistema único de disfrute, del que forma parte con espíritu propio.

Los módulos prefabricados que componen el hotel han seguido los criterios constructivos más respetuosos con el terreno agreste y se funden con el paisaje, tanto que a veces se camuflan. 

Y es que Sacromonte es paisaje. Es un campo de fuerzas relacionales, de antiguas intensidades y nuevos impulsos que coexisten en una nueva entidad inédita. Así, la naturaleza, lo productivo, las infraestructuras, las edificaciones y lo energético configuran un campo de estímulos a descubrir, un campo de experiencias.

En este paisaje interactúan jóvenes viñedos que se adaptan a las características de sus suelos, un cerro desde el cual entender el paisaje, verdes áreas de pradera, dos reservas de agua natural y varios arroyos que corren por los valles rodeados de densa vegetación autóctona. Es el explorador contemporáneo el encargado de recorrerlos y trazar su propio guión a través de diversos escenarios de los que es co-protagonista junto al paisaje.

Sacromonte es un enclave sostenible que incorpora la dimensión ambiental en todas sus decisiones. Construcciones prefab, vidrios de baja emisividad, cubiertas verdes, uso de materiales locales para obras en sitio, huerta orgánica, coches eléctricos para traslados, energías renovables, uso racional de fertilizantes, utilización de aguas naturales y tratamiento de aguas residuales, son algunas de las estrategias que terminan de configurar a Sacromonte como una campo de acontecimientos que coexisten armoniosamente. El plano posterior se compone de un apilamiento de troncos de madera que rememora a los apilamientos de leña propios de la vida en la naturaleza.

Cada una de las caras de los módulos prefabricados es diferente: una de vidrio, otra de troncos, laterales de listones de madera... La riqueza de cada módulo es palpable. 

Las habitaciones de Sacromonte nacen en una fábrica en el área metropolitana de Montevideo. Se trata de un proceso rápido, de menos de 10 semanas, para luego ser transportadas más de 200 km en un solo día. Al dejar la ciudad atrás, las habitaciones dejan de serlo, para transformarse en refugios de paisaje, dejan de ser objetos para devenir experiencias.

En su estructura metálica modular, que combina steel framing y light steel framing, prima la simpleza constructiva y el uso eficiente de los materiales. Sus terminaciones son simples y contundentes, los materiales son usados según su naturaleza.

Los espacios se organizan en una secuencia de capas longitudinales de diferentes espesores entre los que se desarrolla la vida. Cada refugio posee una superficie de unos 60 m2, con mobiliario de BoConcept, iluminación de Marset, domótica de Lutron y sistema de audio de Bang&Olufsen. El equipamiento sanitario es de Roca y Hansgrohe, y los electrodomésticos de Ariston. 

La siguiente capa alberga las áreas húmedas de baño y cocina, una estufa a leña y un hueco profundo ideal para leer un libro o dormir una siesta cobijado en el paisaje. Separado por un plano de madera, sigue el espacio principal de dormitorio, living y comedor, que se abre completamente al paisaje al que enfrenta, siendo parte de él.

En contraste, los muros que reciben los módulos prefab son construidos in situ, en el lugar, con piedras locales que toman diversas formas orgánicas y se adaptan para posibilitar cada implantación. Se completan con piscinas circulares que integran una nueva experiencia sensorial del paisaje.

El plano frontal se conforma con un plano de vidrio espejado que cubre de un efecto casi mágico al refugio, posicionándolo en un tenso límite: entre el camuflaje y el tiempo de la naturaleza y el brillo irreal de lo tecnológico y del hoy.

El paisaje manda y los módulos habitables de adaptan a el, fusionándose con las laderas, como un guante. Es un arquitectura cero invasiva, que respeta el medioambiente y que te hace sentir en plena naturaleza.