Así es el hotel perfecto para una escapada de ensueño a la Provenza
Para reconectar con la Naturaleza, nada mejor que un entorno idílico y un hotel, el Roches Rouges, que recrea las texturas, los colores y el espíritu del entorno. Un paraíso en la Costa Azul.
Hotel Les Roches Rouges en la Provenza
Hay muchas razones para visitar la Costa Azul y el recién estrenado hotel Roches Rouges es una de ellas. Ubicado en la localidad de Saint Raphaël, entre Saint Tropez y Cannes, esta construcción de la década de 1950 es una pequeña joya en el Mediterráneo proyectada por el prestigioso estudio de arquitectura parisino Festen (Hugo Sauzay y Charlotte de Tonnac). El estudio ha rehecho la estructura, eliminando los detalles de ornamentación innecesarios y también las reformas realizadas en las décadas de 1980 y 1990 y dando el protagonismo al azul del Mediterráneo que inunda las habitaciones a través de los grandes ventanales.
Desde el lujo discreto del naranja, el amarillo limón o el ocre, el hotel mira al mar y lo recrea con una piscina natural que nace en la línea de rocas y que es perfecta para una primera inmersión tranquila. El hotel también cuenta con una segunda piscina para que los nadadores habituales no echen en falta la rutina deportiva durante su estancia, un limpio rectángulo de un solo carril.
Las habitaciones del Roches Rouges son cálidas, acogedoras, con detalles prestados del entorno como las vasijas de barro o los cestos de rafia. Los azulejos azul marino del baño conviven con superficies de mármol nítidas y la luz se refleja en las paredes blancas, iluminando los momentos de lectura y reposo.
Un tesoro culinario, publicado en 1963 con recetas transmitidas por amantes de la buena comida, La cuisine provençale de tradition populaire, del poeta René Jouveau, inspira las cartas de los dos restaurantes (incluido La Terrasse, con una estrella Michelin), con ingredientes de los productores locales, desde los quesos hasta el aceite de oliva. Y, de hecho, los pescadores locales entregan la pesca diaria. Un lugar para reconectar con la Naturaleza, con la complicidad de los jardines diseñados por Stan Alaguillaume y Gwenaelle Grandjean.