Pocos hoteles hay más eclécticos y románticos que este en Palma de Mallorca

Situado en la Lonja, en el corazón del centro histórico de Palma de Mallorca, encontramos Can Bordoy Grand House & Garden. Este pequeño hotel de sólo 24 habitaciones ocupa una edificación abandonada de 2.500 metros cuadrados que ha sido muy intervenida a lo largo de sus más de 500 años de historia. OHLAB, el estudio dirigido por los arquitectos Paloma Hernaiz y Jaime Oliver y responsable de la premiada casa MM, está detrás de esta reforma integral.

Can Bordoy es una casa que ha sufrido muchas reformas a lo largo de su historia, por lo que no se trata de un edificio noble que ha seguido fielmente las tradiciones históricas de su época. De hecho, se trata de una propiedad que ha pasado por muchas manos y ha sufrido todo tipo de intervenciones. Ante ello, OHLAB ha respetado ese mestizaje arquitectónico, ha procurado mantener las trazas del pasado y ha huido de cualquier atisbo de falsa recuperación de un pasado glorioso que, en realidad, la casa nunca tuvo.

Uno de los elementos más característicos de la propiedad es el jardín. No solamente porque se trata del jardín privado más grande que puede encontrarse en la Lonja, sino por una antigua y variada vegetación que cuenta, por ejemplo, con almeces, jacarandas y cítricos. Dicho jardín, así como el patio interior de la casa y la azotea con vistas panorámicas sobre la ciudad, suman un total de casi 1.000 metros cuadrados de espacios exteriores. 

Desde un primer momento el estudio de arquitectura tuvo clara una premisa: más que un hotel, el programa propuesto aquí es más propio de una casa. Sin ir más lejos, más que con la recepción de un hotel el cliente se encuentra con un recibidor; en lugar de un restaurante los huéspedes se dan de bruces con un comedor residencial, y tanto las habitaciones como los salones son los propios que pueden esperarse de una vivienda antigua. 

En la planta baja un corredor verde de vegetación invade los comedores conectando el jardín con el patio de entrada y con la calle. En el caso del recibidor, un techo de espejo camufla las instalaciones y duplica la altura del bar y del terciopelo que lo envuelve. 

El mobiliario es igual de ecléctico que la arquitectura del edificio, ya que hay piezas de muy diferentes épocas y orígenes. Para que se hagan una idea: hay muebles antiguos que OHLAB y los propietarios de la propiedad han ido recopilando para este proyecto durante más de dos años buscando en anticuarios de Europa y Mallorca; piezas artesanales de la isla como las lámparas de Gordiola; muebles contemporáneos de firmas de renombre como, entre otras, GTV Thonet, Baxter, Moroso, Artemide, Norr, Santa & Cole o Flos, así como muebles diseñados expresamente para la ocasión por el estudio de arquitectos. 

En el patio de la escalera, el lucernario cenital se inunda de agua convirtiéndose en una pequeña piscina con el fondo transparente que crea un juego de luces a través del agua inundando de reflexiones cáusticas toda la escalera. Y el nuevo tramo que faltaba para conectar la última planta se ha realizado en estructura metálica forrada de espejo, de forma que desaparece en su exterior duplicando los reflejos cáusticos por el hueco de la escalera mientras que el interior de la escalera luce una cálida madera de nogal. 

En el suelo del patio de la escalera hay un vidrio circular incrustado en el forjado que conecta con el spa situado en el sótano. Esta solución permite ver directamente el cielo desde el spa a través del plano de agua de la cubierta. 

Entre el mobiliario creado por OHLAB destacan las camas de todas las habitaciones. Junto a ellas podemos ver mesitas y cabeceros acabados en madera de nogal y terciopelo, al igual que lámparas y pulsadores de latón envejecido que contrastan con los techos y las paredes. 

Una serie de grandes cortinas de terciopelo camuflan los baños de las habitaciones creando un juego escenográfico donde el baño pasa a ser escenario de la habitación. Esta es una de las estrategias que posibilitan el nuevo uso de la casa y dialogan con la historia del edificio. 

El lavabo destaca por aunar una estética de lo más contemporánea con el mayor de los clasicismos, lo mismo que ocurre en este hotel que no pretende esconder su heterodoxo eclecticismo. Más bien al contrario: en cada rincón se celebran las diferentes capas de su historia y se remarcan sin disimulo las nuevas intervenciones que han sido necesarias para dar a la casa este reciente uso.