El espectáculo de la luz del Sol bañando los volúmenes puros de la arquitectura de las Cícladas inspiró a Interior Design Laboratorium en el diseño del hotel Parilio, un alojamiento en el que se puede sentir que el tiempo se desacelera, que los intensos y cambiantes azules del cielo y el mar que lo abrazan nos piden que vivamos a un ritmo pausado, de otra época. Lo primero que sorprende al viajero es la sencillez de su arquitectura, despojada de todo adorno, donde lo único que destaca es este retorno, tan necesario, a los principios tradicionales de la arquitectura de esta región del mar Egeo, donde la simplicidad estudiada es la protagonista. Una vez se cruza el umbral, la mirada se encuentra con materiales, colores y texturas que inducen a relajarse y a disfrutar de la calma.
Cada pieza de mobiliario y decoración –que incluye artesanía local, diseño contemporáneo y motivos de inspiración africana– ha sido selecionada para crear un conjunto armónico.
Foto: Design Hotels
UN HOTEL PARA VIAJAR EN EL TIEMPO
Desde la recepción al último rincón del hotel, su diseño y su "espíritu" crean una sensación de viaje en el tiempo a décadas pasadas, cuando la vida en las islas Cícladas era tan pura como la luz misma. Parilio cuenta con treinta y tres suites, algunas con piscina propia, todas con excelentes vistas para empaparse del paisaje ondulado de la isla de Paros, con montículos, calas bordeadas de pinos y pueblos de pescadores encalados y tesoros antiguos que nos sumergen en una belleza atemporal que nos trae ecos de un pasado mítico. Su logotipo está inspirado en La Dama Gorda de Saliagos, la estatuilla de mármol más antigua descubierta hasta la fecha en las Cícladas, un símbolo de belleza y poder femeninos, una oda al alma del mar Egeo.
BELLEZA INTERIOR
Los interiores de Parilios están definidos por una relajante paleta de colores engamados, todos los tonos de marrón y beige, así como el amarillo desteñido que se puede apreciar entre las grietas de las rocas. Piezas de diseño griego contemporáneo se combinan con mobiliario de diseñado- res como Vincent Van Duysen, que firma las sillas y mesas de los balcones de las suites. La piscina del hotel, en forma de cruz, con la roca natural que emerge de las aguas cristalinas, y sus camas de día alrededor, es una promesa de felicidad. El solado de baldosas manuales de barro cocido, las piezas cerámicas que per- sonalizan cada espacio o las alfombras que adornan el cabecero de todas las camas, realizadas a medida por LRNCE, destilan artesanía, pero, ante todo, nos regalan belleza.