En las estribaciones de las montañas Dolomitas, Italia, y enclavado dentro de una red de pistas de esquí y senderos para caminatas, el estudio MoDusArchitects ha renovado Icaro Hotel como un volumen “estereométrico en madera que añade silenciosamente un nuevo fragmento al patrimonio construido de la arquitectura hotelera de este singular espacio protegido”. Así define el estudio este proyecto y no podemos sino confirmarlo. Y es que este Patrimonio Mundial de la UNESCO que suponen Dolomitas del Tirol del Sur, incrementa su grandeza con este original y respetuoso alojamiento.
Sus humildes orígenes se remontan a una simple albergue de montaña de la década de 1930. La nieta del fundador del albergue Icaro original, Angelika Sattler, encargó a MoDusArchitects que revisara la estructura y reinventara su identidad. Y el resultado no puede ser más espectacular. “Las diversas intervenciones incluyen una extensión de estacionamiento subterráneo, las habitaciones separadas para el personal, la adición de una habitación de invitados, la reorganización de todos los espacios comunes, incluida el área de la piscina, y la columnata de madera a lo largo de la fachada principal que proporciona una impresionante vista de la montaña”.
La gruesa piel de madera de alerce con dientes de sierra, junto con el gran techo inclinado y las columnas de madera, constituyen un sistema de ordenación único y original que confiere personalidad al proyecto. “Las 13 columnas de madera ramificadas de 7,5 metros de altura que recorren los 55 metros de longitud de la fachada orientada al sur y se extienden sobre los dos pisos superiores, son elementos estructurales que sujetan el techo en su lugar y sirven como un marco intermedio. La terraza del primer piso dibuja una línea recta a través de las dos esquinas más alejadas del edificio para definir una espaciosa logia de doble altura, que extiende los espacios interiores de las habitaciones hacia el exterior”.
En la planta baja, a lo largo del edificio, un camino claramente definido revela una sucesión de áreas comunes: entrada, recepción, tienda, salón, bar y comedor, todos partícipes “en el colorido intercambio entre huéspedes, visitantes, entusiastas del aire libre y el familia Sattler. La convergencia ecléctica de materiales, texturas y elementos de mobiliario fijo encadenan los programas y reescriben la memoria colectiva de los espacios interiores alpinos tradicionales. Así, mientras que los rincones de comedor revestidos de madera con asientos tipo banqueta evocan la hospitalidad de los interiores de las antiguas cabañas, el mármol monolítico gris nublado de la mesa de buffet y la barra del bar anclan los momentos definitorios del deleite gastronómico en el centro de este espacio continuo”.
Ecléctico y animado, Hotel Icaro es una alquimia de arquitectura contemporánea, diseño, hospitalidad, tradición, arte, artesanía y patrimonio. 2Cada espacio está enmarcado para sacar a relucir toda la bondad y la imaginación que surgen de los viajes y para reforzar la sensación de descubrimiento y libertad que transmiten los paisajes alpinos”. Esquiar o caminar no sabemos, pero quedarnos admirando esta maravilla, seguro que sí lo hacemos.