En un escenario mítico por su belleza natural, donde los Alpes se vuelven amables por amor al lago di Como, emerge en el municipio de Torno el nuevo hotel Il Sereno, la última gran obra de la arquitecta y diseñadora asturiana Patricia Urquiola. Aguardado durante meses por quienes adoran el enclave y por los seguidores de su artífice afincada en Milán, se trata del primer hotel de nueva construcción a orillas del famoso lago en décadas, y de ahí también la expectación extraordinaria que ha despertado su inauguración.
El resultado, la foto final: una joya que, en su exterior, enlaza con el paisaje con maestría, y en su interior se convierte en un santuario de diseño que entiende el lujo con tranquilidad y elegancia.
Con 30 habitaciones de entre 65 y 200 metros cuadrados, todas con terraza y vistas sobre uno de los lagos con más glamour del mundo, su fachada es una combinación grácil y transparente, sin estridencias, de materiales naturales –cristal, madera de nogal, mármol travertino…– donde se integra un jardín vertical espectacular del botánico Patrick Blanc bautizado como “Le Mirror Vert du Lac”, con más de 2.000 especies e inspirado en el movimiento del agua. En el interior, la sólida propuesta que solo los grandes como Urquiola saben hacer, la cual incluye una bellísima zona central que actúa como lobby construida en base al bronce y la madera de nogal, y sobre la que luce una obra icónica: una escalera de grandes escalones encastados que flota sobre la sala. El mobiliario justo, como un sofá Husk de Urquiola para B&B Italia, o unas sillas Silver Lake de la diseñadora para Moroso, completan esta zona común y de bienvenida.
Los materiales básicos y los detalles de las zonas comunes y de las habitaciones son en todo momento un canto a los colores y a los orígenes locales: abundan el mármol travertino, las paredes y suelos de terrazo veneciano y los elementos con tonalidades grises, azules y verdes, exactamente la misma paleta que se encuentra en las aguas, en la piedra, en las rocas, en las imponentes arboledas. Las esculturas botánicas de Blanc ayudan a esta misión. El entorno inspira también los diseños de Urquiola para los uniformes del personal de servicio o los foulards que pueden adquirirse en el hotel, hechos en la seda original que se producía hace siglos en la región.
Una de las perlas del edificio es el restaurante del chef Andrea Berton, al frente de tres restaurantes en Milán con cuatro estrellas Michelin. Para su diseño, Urquiola utilizó la misma piedra de la fachada del hotel para las mesas, y aplicó, de nuevo, de forma creativa, el terrazo veneciano y el mármol travertino. El restaurante tiene una terraza sobre el lago y además, un área abovedada de sombra natural con mesas y vistas que aprovecha la estructura de piedra de un antiguo embarcadero sobre el que, en realidad, se construyó la creación arquitectónica de Urquiola.
Alrededor del hotel, brilla otra de sus bellezas: un jardín para perderse y para pasear contemplando, diseñado por Blanc y que es también una obra de arte botánica constante. En el centro de la zona exterior, una imponente piscina infinity sobre las aguas del lago se convierte en el punto más deseado para la tranquilidad y a la vez, en otro espectáculo natural, ya que permite admirar el contraste de colores del agua de la piscina y del lago en las distintas horas del día.
Para mantener la tradición de permitir a los huéspedes moverse por el lago Como en barco, Il Sereno ofrece también tres barcos que encargó a los astilleros Ernesto Riva, artesanos de una localidad cercana. Los huéspedes de Il Sereno pueden turistear en otros destinos del lago mediante dos Jetto’s o la gran Vaporina del Lago, cuyos interiores están también diseñados por Patricia Urquiola.