Hotel Casa cook en Rodas

El hotel Casa Cook en la isla de Rodas te transporta a la placidez mediterránea

Blanco mediterráneo

Blanco mediterráneo

El hotel enlaza la tradición arquitectónica mediterránea con la arquitectura contemporánea.

Cristina Ros
Cristina Ros

Redactora de Arquitectura y Diseño

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Blanco mediterráneo

Blanco mediterráneo

El hotel enlaza la tradición arquitectónica mediterránea con la arquitectura contemporánea.

casacook9. Vida tranquila

Vida tranquila

Sobre un suelo de madera se sitúan tumbonas que invitan al relax. Los parasoles de paja contribuyen a generar un ambiente natural en sintonía con el entorno. 

Chapuzón inmediato

Chapuzón inmediato

De la habitación se salta a la piscina previo paso por las tumbonas.

casacook2. Magnetismo

Magnetismo

Un gran mostrador de cemento da la bienvenida al recién llegado. Una superficie fría que, en contraste con el frondoso mural selvático, añade contraste al hotel. 

casacook15. El encanto de lo liviano

El encanto de lo liviano

Las sillas tienen una estructura metálica ligera para que moverlas de sitio no suponga un engorro. El banco de mármol al lado de la ventana invita a la contemplación. 

casacook13. Equilibrio estético

Equilibrio estético

Casa Cook combina una actitud bohemia con cierto aire urbano. Las mesas de madera hacen alusión a un pasado rústico. 

casacook7. Mi casa es tu casa

Mi casa es tu casa

La Casa Cook favorece la vida social con espacios como el comedor, con una mesa para varios comensales. 

casacook14. Tradición a la última

Tradición a la última

Las lámparas de mimbre están inspiradas en las tradicionales cestas. Lo moderno convive con lo antiguo, generando un nuevo diálogo contemporáneo. 

casacook1. Un poco de historia

Un poco de historia

Según la mitología griega, Rodas fue el fruto de la pasión entre Elios (dios del Sol) y la ninfa Rode (la rosa). Su historia comienza con la llegada de navegantes procedentes de Creta. 

casacook12. Piscina a pie de terraza

Piscina a pie de terraza

Las habitaciones tienen conexión directa con la piscina; los límites entre las habitaciones y las zonas comunes se difuminan. 

casacook8. Al otro lado, la siesta

Al otro lado, la siesta

Las cristaleras anuncian la zona exterior, salpicada de tumbonas para los momentos de pereza.

casacook20. Detalles de artesanía

Detalles de artesanía

La arquitectura de líneas sencillas se compensa con una mezcla de textiles en tonos tierra y complementos de artesanía. 

casacook19. Ritual

Ritual

Un lavamanos de líneas sencillas puras preside el baño. El taburete y los complementos están hechos en fibras naturales, en armonía con todo el hotel.  

casacook17. Ciudad histórica

Ciudad histórica

Un plano general de Rodas y, a la derecha, la muralla que anuncia la ciudad medieval, con minaretes, palacios y fortificaciones.

Las habitaciones del hotel Casa Cook, en la isla de Rodas (Grecia), tienen piscina. Eso no significa que no exista una común para todos los huéspedes, sino que aquí se da tanta importancia a la parcela privada como a la vida en común. Todo depende de lo que elijamos. Así, en el comedor existe una amplia mesa para compartir un menú entre desconocidos y no falta la conexión más espiritual que brinda practicar yoga en grupo sobre una terraza con hermosas vistas al Mediterráneo.

Rodas es conocida por el coloso, la gran estatua del dios Helio hecha por el escultor Cares de Lindos y destruida por un terremoto. Fue considerada una de las Siete Maravillas del mundo antiguo. También tiene justa fama por sus playas y su tranquila atmósfera rural. Casa Cook recoge la tradición del lugar para crear un hotel en el que lo antiguo convive con lo nuevo, en un ejercicio de perspicaz armonía.

Ante todo, es un hotel orientado al bienestar. Las líneas puras de la arquitectura están compensadas por tejidos y materiales naturales. Butacas de lino blanco, lámparas de mimbre que recrean las cestas tradicionales y los suelos de madera envejecida crean un clima de enorme confort. Los espacios son sencillos, con las piezas justas, con un gusto por los detalles que se manifiesta en un techo de paja o en la vajilla de cerámica cocida por artesanos de la isla. La luz natural se filtra a través de grandes cristaleras y hacen el lugar más cálido, transparente, diáfano.

Si las zonas comunes tienen el encanto de lo tradicional, en las habitaciones encontramos todo lo necesario para parar el reloj. El descanso está asegurado con mullidas camas, texturas suaves, baños que se integran en el dormitorio generando una unidad estética. Unidad que se traslada también a la terraza, quizás el rincón más especial del hotel. Y no sólo por las privilegiadas vistas, sino por la posibilidad de acceder directamente a la piscina. Mientras la luz se va anaranjando al despedirse el día, un cóctel acompañado de música relajante ahí fuera parece la manera ideal de recordar lo lejos estamos de todo.

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