El Hotel Akelarre se convierte en destino famoso por su diseño elegante y sus estrellas Michelín
Estudio Mecanismo diseña este suculento hotel anexo al restaurante de tres estrellas Michelin Akelarre, del chef Pedro Subijana
San Sebastián es una de las ciudades más bellas de España y donde mejor se come. A sus muchos encantos se suma ahora el hotel Akelarre, promovido por Pedro Subijana, uno de los precursores de la llamada nueva cocina vasca; desde 2006, su restaurante mantiene tres estrellas Michelin. El hotel se ubica en la parte inferior del edificio original y en otros volúmenes de nueva construcción, en un enclave privilegiado del monte Igueldo. Desde las terrazas y los amplios ventanales de sus habitaciones se puede disfrutar de unas increíbles vistas del golfo de Vizcaya.
El nuevo proyecto de arquitectura e interiorismo lleva la firma del estudio de arquitectura Mecanismo, dirigido por Marta Urtasun y Pedro Rica, cuyo diseño del espacio llega hasta el mobiliario. Envueltas en una atmósfera diáfana y contemporánea, sus 22 habitaciones ofrecen las máximas comodidades para que la estancia sea inolvidable. Todas ellas están equipadas con camas King size vestidas con el mejor lino, una amplia selección de almohadas y tecnología de última generación, com los televisores de 40 pulgadas con sistemas de sonido de Bang&Olufsen y conexión con AppleTV. Todos los baños cuentan con bañera y ducha efecto lluvia independiente, lavabo doble, amenities de Per Purr y grandes espejos en los que se refleja el mar.
Las 14 habitaciones Doble Vista Mar tienen una superficie de 50 m2 y han sido decoradas con un estilo elegante y sobrio, destacando por la gran calidad de los acabados y la selección de materiales nobles. En la decoración de las seis habitaciones Deluxe Vista Mar (más amplias que las anteriores, de 60 m2) se ha mantenido un estilo contemporáneo y elegante que se refleja en cada uno de los rincones. Cuentan también con amplias terrazas donde relajarse a cualquier hora del día. Mientras, las dos excepcionales suites Akelarre, de 100 m2, incluyen todas las comodidades de las demás a las que se suma un gran vestidor, una amplia terraza con ventanales de suelo a techo y una piscina privada. En el restaurante Oteiza, en memoria del genial escultor, asiduo a Akelarre.