Ellos son los primeros en alertar sobre los nuevos talentos. Gracias a su olfato e intuición no solo dan a conocer su trabajo, sino que les animan y con frecuencia les dan carta blanca para que ejerzan su creatividad sin restricciones. El mundo del diseño debe mucho a unos galeristas que apuestan por la experimentación y el cruce de disciplinas asumiendo grandes riesgos en el proceso.