Construido para los amantes de la naturaleza y la arquitectura y firmado por el estudio Lssoni Casal Ribeiro, The Oberoi Beach Resort, Al Zorah es un refugio silencioso que espera ser descubierto. Se ubica a unos 45 kilómetros de Dubái, en Al Zorah, y su emplazamiento, entre exuberantes bosques de verdes manglares, se fusiona con su entorno tranquilo junto al océano. Esta construcción forma parte de un masterplan más grande, una pequeña ciudad en la que acoger a 40.000 habitantes que, desarrollado por Solidere International en colaboración con el gobierno de Ajman, incluye varios hoteles, viviendas de lujo, un puerto deportivo, playas privadas y un campo de golf.
El agua es un elemento determinante en el hotel.
El proyecto ejecutado por el estudio Lissoni Casal Ribeiro va más allá del concepto de hotel, porque ofrece a sus huéspedes la experiencia de una comunidad residencial en diálogo con el entorno natural. El resort consta de 113 suites, de las cuales 15 son villas, dos son restaurantes y una está convertida en un centro de bienestar y otra alberga una piscina. Los arquitectos han concebido todos los espacios como edificios diferentes, pero conectados por jardines y terrazas. El resort se distribuye en tres macroplataformas paralelas al océano que desde la playa ascienden de manera escalonada, de tal modo que todas las suites tienen vistas al mar.
Zonas exteriores del hotel.
Todo en el resort está dispuesto para favorecer a los huéspedes la tranquilidad y el bienestar físico-mental. Y eso se percibe desde que se accede al vestíbulo, que ha sido diseñado para enfatizar el ritual de transición entre el resto del mundo y el establecimiento. Con sus nueve metros de altura, al misticismo del espacio que recibe al visitante contribuye la vista incomparable que ofrece al océano desde las grandes ventanas de suelo a techo.
Recepción del hotel.
El agua, como en un verdadero oasis en el desierto, es el "corazón vibrante del resort" y juega un doble papel: conecta las áreas comunes y refleja los volúmenes construidos y el cielo, convirtiéndose en el nexo entre las construcciones y el entorno. Los volúmenes, los caminos, la vegetación y los materiales elegidos contribuyen a generar un diálogo entre la arquitectura y el entorno natural que la rodea. A diferencia del vestíbulo, que acoge a quienes llegan desde el exterior, el spa está concebido como un lugar dirigido hacia el interior y se inspira en las antiguas medinas.
Interior del establecimiento.
El exterior atemporal de la propiedad se complementa con abundancia de luz natural, vegetación y aguas turquesas, que evocan un oasis tropical que recuerda a un islote aislada. La pulcra arquitectura, los amplios espacios abiertos y la paleta de colores naturales generan un estilo sofisticado inspirado en la sencillez. Una base de blanco puro se combina con toques de verde azulado, azul y rojo, mientras que los azulejos estampados de las paredes de las habitaciones añaden un toque caprichoso a la sutil elegancia del espacio.
Piscina de las villas privadas
En las suites y villas de tamaño generoso las vistas al océano son constantes gracias a las grandes ventanas de suelo a techo. En el interior, la decoración moderna se combina con tecnología puntera con piezas de mobiliario hechas a medida en tonos tenues, que aporta a cada estancia un carácter de lujo discreto.