La bicicleta eléctrica de Ora-ïto será "the new normal" en la era post COVID-19
El creador francés ha diseñado para la nueva marca Angell un modelo que permite cuatro niveles de asistencia eléctrica y tres de conducción con una autonomía de hasta 70 km.
Ora-ïto ha dicho de su creación: "más que una bicicleta, es un platillo volante que parece que va a despegar".
"Hemos querido hacer de la bicicleta Angell lo que hizo el iPhone con el teléfono móvil". Así de contundente y ambicioso se ha expresado Marc Simoncini, fundador junto a Jules Trecco de una marca que tiene por lema "los sueños construyen el futuro".
Desde luego que la bicicleta está llamada a tener un futuro brillante en la ciudad, como medio de desplazamiento individual pero limpio que ayude a descongestionar el transporte público y así contribuir al distanciamiento social que ahora es tan importante para combatir el COVID-19.
La bicicleta incorpora un cuadro de mando inteligente con pantalla táctil de 2,4 pulgadas desde el que se controlan todas las funciones.
Si la pandemia no ha trastocado los planes de la empresa, a partir de mayo de 2020 se podrán ver circulando las primeras bicicletas Angell por las calles de Francia, Inglaterra, España, Italia y Bélgica, después del gran esfuerzo en diseño y tecnología invertido. Los emprendedores Marc Simoncini y Jules Trecco se propusieron contribuir a que las ciudades se vayan vaciando de coches. Ellos apuestan porque en menos de cinco años se prohibirá el uso del vehículo particular en el centro de las grandes urbes y se abrirá paso un medio de transporte más acorde con “la emergencia ecológica irreversible”.
El aluminio de alta resistencia ha permitido alcanzar un peso de 13,9 kg, lo que la convierte en una de las bicicletas eléctricas más ligeras del mundo.
La inteligencia de la bicicleta Angell se concentra en el cuadro de mandos, dotado con una pantalla táctil que permite cuatro niveles de asistencia eléctrica y tres de conducción, además de informar del tiempo, la velocidad, la contaminación, el nivel de la batería, las calorías quemadas e incluir un GPS.
El diseñador Ora-ïto cuenta que el encargo de Angell fue: “Ayúdanos a hacer la bicicleta más bonita del mundo”. La idea de partida fue reducir el material al máximo para hacerla muy ligera –pesa tan solo 14 kilos–, por lo que para el diseñador “lo más complejo fue simplificar".
El diseñador francés Ora-ïto.
Lo que tiene de original a nivel formal es el paralelismo del cuadro. Su tecnología hace que cuando subes a ella parece que vas a despegar en un platillo volante”. Extraterrestre o no, Angell -que se venderá a un precio de 2.690 €- es una idea genial para hacer de la ciudad un lugar más humano y amable.