Las parejas que se alojen en Milaidhoo Island (Maldivas) durante San Valentín pueden cenar y dormir en su propio banco de arena privado en el Atolón Baa —entorno natural protegido por la UNESCO. La experiencia de los Robinsones puede comenzar con una tarde de pesca, una inmersión de snorkel llamada "Buscado a Nemo" donde el encuentro con el pequeño pez payaso es la guinda de un paseo por un arrecife repleto de rayas, tortugas, corales rosas y una biodiversidad marina única en el planeta, un romántico crucero de delfines al atardecer a bordo de un yate de lujo o un paseo romántico en un velero tradicional de las Maldivas-el Dhoni maldivo.
Tras la cena, la tripulación abandona la lengua de arena. En este idílico entorno, solos en mitad del Índico, iluminados por velas y bajo la luz de las estrellas se ha emplazado una cama con dosel, un baño y todas las comodidades de lujo de la Villa Milaidhoo.
No salir de la Villa
El hotel cuenta con 50 villas con piscina propia, algunas sobre el océano y otras con acceso a tu propia playa. En ese emplazamiento, rodeados del arrecife, con tu piscina privada donde puedes solicitar un desayuno flotante, y todas las comodidades quizás vas a preferir no salir de tu cabaña.
El planteamiento de las villas es obra del prestigioso arquitecto maldivo de origen inglés Mohamed Shafeeq (Sappé), quién en los años 70 revolucionó la arquitectura de los resorts de vacaciones con la idea de plataformas sobre el mar y apostando por la arquitectura tradicional de las islas. Era imposible ampliar las villas en tierra firme por lo que se le ocurrió hacerlo sobre la laguna, rodeados del rico arrecife. La luz y la integración de la naturaleza de la isla con las villas ha sido fundamental para el trazado arquitectónico del complejo, de manera que ningún elemento interfiera de forma abrupta con los materiales y la exuberante vegetación. Por ello para la construcción se han utilizado elementos como hojas de palma, piedras y madera. La zona de recepción, los restaurantes, el bar, las villas y los bares son áreas abiertas. Sappé además ha incorporado un elemento típico de las casas maldivas- el gifili o la zona exterior. El arquitecto se negó a ocluir las vistas, la apertura de 180º de todas las cabañas convierten las vistas en parte de la habitación.
Cena en un barco tradicional maldivo según tu estado de ánimo
Inaugurado a finales de 2016 cenar en el único restaurante maldivo moderno que existe en las Maldivas es otro de los alicientes de las afortunadas parejas que decidan pasar en este resort unos días. Ba’theli proviene de una palabra local que se refiere a un velero de madera tradicional y se ha construido en forma de tres barcos alzados en pivotes de madera sobre la laguna. Un ‘barco’ es el restaurante, un segundo ‘barco’ es el bar-salón y un tercer ‘barco’ es la cocina.
Hace 5.000 años Maldivas se convirtió en un puerto de escala clave para los comerciantes que navegaban desde Indonesia e India a Arabia con cargamentos de canela, cardamomo, cúrcuma, clavo de olor, jengibre y pimienta. Los maldivos intercambiaban especias por cocos, pescado desecado, y la deliciosa cocina maldiva refleja esta rica herencia en los ingredientes utilizados.
Ba’theli además posiblemente sea uno de los pocos restaurantes de alta cocina del mundo que anima a sus comensales a venir descalzos.
Opíparos desayunos en el Ocean, cenas en el Shoreline grill bajo las estrellas, copas en el bar de la piscina, el Compass Pool Bar, y una sesión de masajes en el spa situado en una villa sobre al mar es imposible aburrirse.
¿Lo mejor? Que todo esto se puede hacer el resto del año