Integrada en el grupo LVHM y con presencia en todo el mundo –en especial en Asia, un nicho de consumidores cada vez más potente–, Fendi es un claro ejemplo de marca internacional. Pero sin Roma, ciudad en la que nació en 1925, es imposible descifrar su ADN estético. Este núcleo ha ganado aún más fuerza con dos grandes operaciones: la reforma de su palacio junto a la Plaza de España y la mudanza de sus oficinas a un icono de la arquitectura moderna, el Palazzo della Civiltà Italiana, en el barrio del EUR. La renovación de la Fontana de Trevi por 2 millones de euros a su costa en fechas recientes también se enmarca dentro de esta "operación Roma". Como apunta su presidente, Pietro Beccari, "Fendi es más romana que italiana; es una cuestión de sutilezas".
El sobrio y neoclásico edificio del EUR, construido por Benito Mussolini a las afueras de la capital italiana como gran hito de su visión regeneradora de Italia, lo ocupa hoy una plantilla de 400 personas que estaba dispersa por la ciudad, incluidos los 50 artesanos de la firma. Trabajan ahora en el sótano, mientras que para su director creativo, Karl Lagerfeld, se ha reservado una oficina en la sexta planta de este inmueble que parece sacado de un cuadro de De Chirico. Lo cierto es que hasta la fecha se encontraba en estado de abandono. Concebido como espacio para albergar grandes exposiciones, ha tenido muy poco uso desde su inauguración durante la Segunda Guerra Mundial. Así, su acondicionamiento ha llegado a implicar la instalación de cañerías, de las que carecía.
Palazzo Privé
Palazzo Privé
En la segunda planta se recibe a los clientes VIP.
El Palazzo Fendi propiamente dicho fue el hogar de la familia Boncompagni-Ludovisi en el corazón de Roma hasta que la firma peletera trasladó ahí su sede en 2004. Tras la rehabilitación de esta joya de la arquitectura burguesa del XVII, su tienda es ahora, con mil metros cuadrados de superficie, la más grande del mundo y el mejor reflejo del culto por la excelencia de la marca. Una escalera de mármol rojo Lepanto y un ascensor de vidrio y bronce conducen a unas salas con parte de la colección de arte moderno de Fendi colgada de sus paredes, incluida una pieza de los hermanos Camapana. En la segunda planta se sitúa su atelier peletero, donde se afanan en el remate de las piezas más sofisticadas ocho artesanos y se recibe a los clientes VIP en el Palazzo Privé. La inmersión en la filosofía de la firma es inmediata.
Fendi Casa
Fendi Casa
Los muebles de la división de mobiliario decoran las 7 suites.
Pero puede ser sin duda mayor si se reserva en una de sus siete Fendi Private Suites del tercer piso. Se han decorado con el mobiliario de Fendi Casa, una de las divisiones más pujantes de la compañía, como demostró con su lujoso y amplio stand en el pasado Salón del Mueble de Milán. Al igual que en la boutique de abajo, mesas, sillas y cómodas conviven con exclusivas piezas de diseño y obras de arte, como un candelabro de Lindsey Adelman y una escultura de Studio Formafantasma. Puede ser el camino a la creación de una cadena hotelera Fendi con la apertura de otros establecimientos. Los guiños al legado de la casa están presentes a través de las fotografías en blanco y negro de la Fontana de Trevi tomadas por Karl Lagerfeld, quien comenzó a colaborar con Fendi en 1965. En la azotea ha abierto sus puertas una sucursal del restaurante japonés, con base en Londres, Zuma, donde se sirven platos de cocina nipona moderna para compartir. La bodega se reserva como comedor privado para ocho comensales.
Zuma
Zuma
En la azotea se sitúa este famoso restaurante de cocina japonesa.