En la psicología del color, el azul índigo representa la sabiduría, la meditación profunda y la paz. Atributos y estados de ánimos que, solo o en compañía, seguro que se disfrutan mejor acompañados de un café o una infusión.
Scala Studio ha querido rendir tributo al nombre de la cafetería Índigo, ubicada en el número 3 de la céntrica calle Enric Granados de Barcelona, con un proyecto que, en lugar de emplear dicho color de forma esparcida por todo el espacio, lo concentra en un área específica del local, tintando de azul todo lo que se encontraba en el camino.
La utilización del azul índigo en una zona específica del local ofrece una imagen de gran potencia visual. Luminarias de suspensión Grant, de Nordlux. Taburetes Dopey, de Dadra.
ÍNDIGO 01
Esta estrategia obedecía al objetivo del estudio de simplificar y reducir el ruido visual, unificando los distintos elementos que conforman el espacio y generando un ambiente relajado, cómodo y distendido para que se convierta en un punto de encuentro confortable.
Sillas y mesas de comedor Uish y Sekiz, ambas de Sklum.
Otro punto que a las autoras pareció básico potenciar es la piedra original de los muros que intuyeron bajo capas de pintura de intervenciones anteriores. "Por la ubicación del local y el tipo de arquitectura, creíamos que encontraríamos una piedra interesante, y tras hurgar entre las distintas capas de yeso y pintura apareció. La piedra nos pareció un elemento decorativo en sí mismo y con un gran protagonismo", comentan.
En cuanto a las baldosas de la barra, buscaron tonos ocres y tostados que recordaran al café y a todo lo que lo rodea.
Para rematar el ambiente de confort, se colocaron unos árboles de encinas secos, que llenan el espacio y lo decoraban sin saturarlo.
En referencia al mobiliario y decoración, decidieron usar principalmente madera, tanto para las mesas como para las sillas, para aportar la calidez que le faltaba al envoltorio. La excepción es la zona azul, donde lacaron del mismo color los taburetes de hierro.
Para la iluminación, eligieron unas lámparas de suspensión en forma de bola de cristal que aportaba una luz cálida, la cual ligaba todo el concepto del interiorismo que habían imaginado.
Por último y para rematar el ambiente de confort, se colocaron unos árboles de encinas secos, cuyas ramas y altura eran ideales para este tipo de local, ya que llenaban el espacio y lo decoraban sin saturarlo.