Un eco-resort camuflado entre elefantes y leopardos
Un nuevo hotel en la costa de Sri Lanka demuestra los mejores atributos de la arquitectura sostenible
Wild Coast Tented Lodge Yala.
Estamos en una era de arquitectura menos rompedora y mejor integrada en el paisaje, en la que cada vez son más los estudios especializados en arquitectura sostenible. Uno de ellos es Nomadic Resorts, con oficinas en Holanda, África y Asia y que además se centra en el sector hotelero. Sus originales proyectos son "orgánicos, holísticos e innovadores". Más allá de las etiquetas, consiguen que tiendan al camuflaje y apenas se perciban desde la lejanía, como es el caso de su último encargo, un campamento de cinco estrellas en la costa de Sri Lanka abierto el pasado mes: Wild Coast Tented Camp Yala.
Su privilegiada localización junto al Parque Nacional de Yala, el segundo más importante del país, obligaba a una solución de este tipo. Con las habitaciones dispuestas en "tiendas-oruga" repartidas entre los arbustos, contando cada una con una pequeña piscina en la terraza delantera, ejerce de casa madre una sistema de caparazones que reproducen la fisonomía de las rocas de la zona y de los nidos de termitas. Los materiales también son locales, así como las técnicas de construcción y la mano de obra.
Estos pabellones se abren y cierran al exterior en función del tipo de actividad que acojan. El spa se sume en la oscuridad, mientras que la recepción, el bar, el restaurante y el salón-biblioteca miran al Índico a través de un sistema de arcos y están protegidos del clima por un techo de bambú que por fuera está recubierto por tejas de teca recuperadas de otras construcciones. La piscina, al frente, tiene forma de charco, como los que frecuentan elefantes y leopardos a pocos metros de ahí. El proyecto de jardinería también ha sido mimético al máximo con el entorno. Plantas del lugar, muy resistentes a la falta de agua, y piedras colocadas con aparente desorden han sido todo lo necesario.
En el interior de los caparazones parece como si se estuviera dentro de una cueva, de lo más confortable, eso sí, con una cuidada selección de materiales y colores que desprenden gran calidez: cobre, latón, terrazo, diferentes textiles y maderas... Tienen además la cualidad de que envejecen con gracia, muy importante en una arquitectura como la hotelera cuyo principal defecto suele ser, por pegarse tanto a la modas, su rápida obsolescencia.