Los Eames y su relación con Hollywood hasta hoy

Charles y Ray Eames hicieron buenas migas con productores y directores como Billy Wilder, para quienes diseñaron sets y mobiliario. Hoy el cine también confía en sus creaciones

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Fotograma de executive suite de Robert Wise

Cuando llama el deseo, de Robert Wise

Dicen que la necesidad agudiza el ingenio. Algo parecido debió de pasarle a John Houseman al rodar Cuando llama el deseo (1954) pues había contratado a tantas estrellas del momento, como William Holden o Barbara Stanwyck, que no le queddaba mucho presupuesto para invertir en los decorados. Así que decidió contar con los Eames quienes crearon un set de ensueño para los amantes del mobiliario de esa década. No en vano, la película trata sobre la sucesión del presidente de una empresa de mobiliario.

Annie Hall

Annie Hall, de Woody Allen

En uno de los filmes más aclamados de Woody Allen, Annie Hall (1977), asistimos a una doble sesión de terapia de los protagonistas en paralelo. Alvy (interpretado por Allen) está tumbado en un sofá, al estilo de las terapias freudianas, en una sala decorada con sofá y sillones de cuero; en cambio, Annie (Diane Keaton) habla frente a frente con su terapeuta en una moderna sala con mobiliario de diseño, sentada en una silla que parece el modelo Soft Pad Chair EA 222. Su diseño estilizado, estructura tubular y tapizado de cuero la hacen perfecta para crear el contraste entre el mundo de Alvy y el de Annie.

Silla diseñada por los Eames para Billy Wilder

Silla diseñada por los Eames para Billy Wilder

Charles y Ray crearon varios muebles para el director de cine. Entre otras, una tumbona para sus siestas cuando filmaba fuera del estudio quien necesitaba un sofá de oficina donde poder echarse. Los Eames recordaban que Wilder les había confesado que a veces descansaba sobre una tabla de madera sostenida por dos caballetes, como se puede leer en la web de Eames Office. Con esto en mente, crearon una opción más confortable, la Eames Chaise, de forma alargada y algo estrecha. También para él, diseñaron una mecedora de línea modernos y máxima flexibilidad.

Philip Dunne

Philip Dunne, guionista, director y productor

Fueron muchos los actores de los años 50 que compraron los muebles de Charles y Ray Eames e incluso confiaron en su criterio como consultores de arquitectura y diseño. En ese Hollywood clásico, Charles concibió por completo la oficina del guionista, director y productor Philip Dunne, conocido por Qué verde era mi valle (1946). Charles Eames creó un espacio de líneas depuradas, decorado con sus muebles y donde destacaba un sofá esquinero de amplio respaldo, un conjunto moderno que hablaba del inicio de una nueva era del diseño.

Alexander Knox

Alexander Knox, actor y escritor

Alexander Knox, quien empezó su carrera en el cine de los años 40 y participó en películas como Sólo se vive dos veces (1967), de la saga de James Bond donde se mete en la piel del presidente americano, y en Caldero, sastre, soldado, espía (1979), era un amante del mobiliario e incluso fabricaba sus propios muebles. Confiaba tanto en el criterio de Charles Eames que acabaron convirtiéndose en amigos. Cuando se trasladó con su familia a vivir al Reino Unido, hizo que le enviaran en contenedores su colección de muebles firmados por los Eames para decorar su nueva casa.

Charles & Ray Eames junto a Billy Wilder

Charles & Ray Eames junto a Billy Wilder

Si alguien se declaró máximo fan de la pareja de diseñadores, ese fue Billy Wilder, el emigrado director alemán que firmó títulos tan famosos como El crepúsculo de los dioses (1950), Con faldas y a lo loco (1959) o El apartamento (1960). La fascinación de Wilder con el mobiliario venía de su etapa en Berlín donde había  adquirido el diseño vanguardista del momento, esas sillas tubulares firmadas por Marcel Breuer.

Un domingo en Nueva York Eames

Un domingo en Nueva York, de Peter Tewksbury

Uno de los diseños por excelencia de la pareja es la Lounge Chair y Ottoman en robusta madera y tapizado de cuero, y por eso, se ha convertido (casi) en un pesonaje más de muchas películas, como Un domingo en Nueva York (1963), de Peter Tewksbury, protagonizada por Jane Fonda y Rod Taylor. Pero también se ha visto en otros filmes más recientes como Closer (2004), El escritor (2010) o en la coreana La criada (2010).

Fotograma de la Luna es Azul de Otto Preminger

La Luna es Azul, de Otto Preminger

Un apartamento con todo lo que cabría en una whislist de un verdadero amante del diseño Mid-century: la  coffee table de Isamu Noguchi, la silla Butterfly de Jorge Ferrari Hardoy, el sillón Womb de Eero Saarinen y unas cuantas sillas Wire de los Eames. Así estaba decorada la casa del protagonista de La luna es azul (1953), protagonizada por William Holden. Una comedia de equívocos que comienza cuando Don Gresham (Holden), un joven y apuesto soltero, conoce a Patty O’Neill (Maggie McNamara), una aspirante a actriz, en el Observatorio del Empire State de Nueva York.

Mad Men

Mad Men

Y no solo el cine ha sucumbido a los encantos de los Eames, también las series. Un buen ejemplo como reflejo de su época, los primeros años 60, son los interiores de las oficinas de Mad Men (2007-2015): la sala de reuniones donde tantos negocios cerraron Don Draper, Roger Sterling o Peggy Olson, estaba formada por una gran mesa rodeada por las sillas Executive, y la oficina de Joan Harris contaba con la silla DAR en fibra de vidrio. Los muebles reflejaban los aires de cambio de aquella sociedad.

La influencia de los Eames es alargada en la decoración de interiores. Lo que algunos no saben es de sus fuertes vínculos con el Hollywood de los años 50 y, sobre todo, con el director de cine Billy Wilder con quien Charles trabajó creando decorados para alguna de sus películas, y para quien el tándem diseñó un diván ex profeso. Viviendo en Los Ángeles no era de extrañar la relación de una de las parejas más conocidas del diseño con los creativos de la meca del cine.

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