Las apetitosas creaciones en 3D de Chris Hoffmann
En su serie Wagashi, el artista digital afincado en Berlín se inspira en la repostería tradicional japonesa para recrear deliciosas formas y texturas tridimensionales.
Obra del artista digital Chris Hoffmann perteneciente a la serie Wagashi.
Chris Hoffmann es un artista enamorado de cualquier ser, real o ficticio, que se mueva de manera diferente de los humanos y, a partir de esos amores, ha creado realidades paralelas, llenas de sonidos, colores y personajes animados. Nunca tuvo talento (dicho por él mismo) para los medios expresivos tradicionales, como el dibujo y la pintura, pero a los quince años, con su primer ordenador, empezó a aflorar su mundo de alegres criaturas: "Mi educación cultural proviene casi toda de Internet".
Después de mil experimentos que dieron lugar a exitosas obras en línea (Warp Records, Dead Leaves, Triadisches), ha sorprendido a su público con ocurrencias digitales basadas en la cocina japonesa. Sus obras de pastelería creadas en 3D (serie Wagashi) comparten la misma pasión por el color y la forma de sus diseños anteriores, y resultan relevantes los efectos sensoriales y aun emocionales que provocan, desde el cosquilleo con que el paladar responde a la vista de las brillantes texturas o un cierto temor discordante que inspiran los objetos agrietados y puntiagudos que sostienen algunos bocados.
Las obras de Hoffmann aspiran a sumergir al espectador en otra dimensión de la realidad.
Ambigüedad que manifiesta la categoría artística de sus creaciones, ya que el arte complace y a la vez inquieta. Así lo explica el artista, en su casa de Berlín: "Me gusta crear mundos, grandes o pequeños, que sumerjan al espectador en otras realidades, que rompan sus rutinas". Un viaje Wagashi hacia otras dimensiones, a partir de la visión de unos bocados japoneses tratados a la manera en que Dalí pintó sus "relojes blandos".
Sobre el plato agrietado, la deconstrucción artística de un bocado japonés.