Regalos para niños y no tan niños
10 minijuegos y juguetes con maxidiseño
Hay pequeños que se merecen un mundo con una arquitectura peculiar. Y con un diseño excelente. Para ellos son estos regalos que, no lo negaremos, son el vínculo perfecto entre padres, madres, tías, tíos, abuelas, abuelos, amigas y amigos con buen gusto y unos niños y niñas que tal vez crezcan mezclando estas maravillas con piezas de plástico feo y las muñecas que anuncian en la tele. Pero al menos, nuestra conciencia estará tranquila: les hemos regalado belleza, creación, creadores, interés, curiosidad, y esto es lo que importa.
Porque ¿qué son si no preciosidades unos Le Corbusier y Mies Van der Rohe de trapo de Tokotoro Toys? ¿O unos sellos de goma que en lugar de estampar cerditos y jirafillas sestampan las grandes sillas y sillones que han marcado nuestra era? Los miniarquitectos pueden divertirse con el sistema Modulor de Le Corbusier, que, con todo el respeto para el gran Lego, lo supera en contemporaneidad y estilo. Y la revolución sobre ruedas que presentan los coches de madera vintage hechos artesanalmente de Candylab o la genial edición de coches de plástico que ha hecho Piero Lissoni para Kartell.
Y entre todas estas propuestas para la carta a Papá Noel o a los Reyes Magos, las hay que tienen gestos absolutamente brillantes. Como la nameless paint de Ayami Moteki: pequeños frascos de pintura al agua con un envase donde no se nombra el color, sino la adición de los colores primarios que consigue ese color, muchísimo más fácil de entender –y aprender– para un niño. Nunca pintar fue tan fácil ni tan intuitivo. O las esponjas con forma de piezas de arquitectura para construir en la bañera, otro reto hecho realidad. La gama se completa con los geniales puzzles que Enzo Mari creó en los años 50 inspirándose en sus sueños, cartas con imágenes de Warhol para jugar al Memory... y una lista, en definitiva, que por qué no confesarlo... que ya querríamos para nosotros.