El icónico edificio Centro Botín, frente a la costa de Santander, acaba de inaugurar su renovada cafetería. Un proyecto de Sandra Tarruella en el que se ha dinamizado el espacio interior y la terraza, dando valor a la estética y alineando la experiencia gastronómica con el concepto del centro. El encargo llega de la mano del restaurador Carlos Crespo y el chef Alex Ortiz, después de los proyectos de La Bien Aparecida, La Primera y Gran Café Santander en Madrid.
Diseñado por el premio Pritzker Renzo Piano, el icónico edificio ubicado frente a la bahía, es un centro de referencia a nivel internacional como espacio de eventos culturales, presentaciones y convenciones. El reto para Sandra Tarruella era conseguir complementar esta experiencia con una cafetería acogedora y confortable. En resumen, lograr transformar la estética de sala multifuncional en un restaurante atractivo, luminoso durante el día e íntimo por la noche.
La iluminación cenital con los focos colgantes existentes se ha complementado con luz más dramática para los ambientes nocturnos con lámparas de pie y pantallas bajas.
Los principales cambios realizados parten de una transformación de la paleta de colores. En el suelo, se ha recuperado el cemento del muelle, pero con un tono más arenoso, para armonizar con los tonos blancos del revestimiento artesanal del techo y la fachada del edificio. Grandes alfombras circulares diseñadas ad hoc para este proyecto e inspiradas en los cabos de los marineros, creando un juego de geometrías con el techo y, al mismo tiempo, generando calidez acústica. "También se introducen elementos cálidos y blandos, absorbentes que componen la frialdad y la dureza de los existentes de la cerámica, el cristal y el acero, sumando los nuevos materiales como la madera, las alfombras y los textiles", explica Tarruella.
La otra clave del proyecto fue rediseñar los flujos de circulación de camareros y comensales. Para ello se conectaron y centralizaron las entradas, creando recorridos más claros y agrupando las diferentes áreas de los comensales a través de bancos centrales y una gran pieza redonda de cerámica en el centro. El mobiliario, versátil y funcional, contribuye a diferenciar los diferentes espacios creando atmósferas dinámicas cuidadosamente iluminadas.