«Casas de muñecas» en las que se podía entrar de pie…

Por definición, una casa de muñecas es una casa de juguete en miniatura. Todo lo contrario de estas contrucciones, que se han creado como obras de arte o como actividad promocional y de marketing. Pero unas y otras, lejos de ser un juguete infantil, están destinadas a entretener a adultos…

Casas en miniatura, amuebladas con artículos domésticos y hasta habitadas por personajes diminutos, se han construido desde hace cinco mil años. Los primeros ejemplos conocidos se encontraron en las tumbas egipcias del Reino Antiguo. Pero las que aquí os presentamos de pequeñas no tienen nada: sus dimensiones son gigantes y, curiosamente, ya no existen… 

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La "casa de muñecas" que Tatzu Nishi situó a la entrada del Palacio de Tokio de París en el verano de 2018.

La «Casa de muñecas» del Festival de Adelaida.

El artista japonés Tazro Niscino (Nagoya, 1960) suele trabajar bajo distintos seudónimos como Tatzu Nishi (el principal de sus apodos), Tazu Rons, Tazro Nishino, Tatzu Oozu, Tatsurou Bashi, Taturo Atzu y Amabouz Taturo. Sus obras de arte las concibe como instalaciones efímeras para espacios específicos, muchas de ellas de carácter arquitectónico que a veces transforman monumentos históricos o pueden llegar, incluso, a convertirse en hoteles temporales. La instalación que abre este artículo, la primera Casa de muñecas realizada por el artista, se situó a la entrada del Palacio de Tokio parisiense entre junio y septiembre de 2018, dando la bienvenida a la exposición CHILDHOOD: Another banana day for the dream-fish, que se pudo ver en la capital francesa en el verano de aquel año y que toma su título de uno de los relatos más conocidos del escritor estadounidense J. D. Salinger, Un día perfecto para el pez plátano. La exposición no tenía, en cambio, el carácter profundamente pesimista del escritor, sino que mostraba la magia que puede encontrarse en la vida cotidiana y reflexionaba sobre la infancia como un espacio temporal de libertad creativa.

La casa de muñecas gigante que Amabouz Taturo (el apodo empleado en esa ocasión por Niscino) expuso tenía tres alturas y permitía a los visitantes entrar y caminar por ella, con un único objetivo: atraer a un público no habituado al arte contemporáneo. «Siempre quise llegar a aquellos que normalmente no están interesados particularmente ​​en el arte –dice–. Pienso en cómo atraer a esas personas y las grandes exposiciones al aire libre generalmente atraen a este público. Me gustan mucho esos eventos».

Recientemente, una segunda Casa de muñecas gigante de Tatzu Nishi se pudo ver del 28 de febrero al 15 de marzo pasados, en la sexagésima edición del Festival de Adelaida, en Australia Meridional, que logró escapar, por los pelos, al confinamiento por coronavirus, que se estableció allí el 23 de marzo.

La «casa de ensueño» de Barbie, en Malibú.

La casa de ensueño de Barbie, en Malibú.

En 2019 se celebraba el sexagésimo aniversario de la creación de la muñeca Barbie (que el pasado 9 de marzo «cumplió» ya 61 años) y para conmemorar la efeméride, su fabricante, Mattel, puso en alquiler, a través de Airbnb, Dreamhouse, la casa de ensueño de la muñeca más famosa del mundo, que se pudo reservar durante tan sólo dos noches, con entrada el 27 de octubre y salida el 29.

Situada en Malibú, una de las 88 ciudades que forman parte del condado de Los Ángeles, esta casa de muñecas es, en realidad, una mansión de tres pisos que fue decorada completamente en rosa para la ocasión, empleando muebles actuales y otros originales de la época en que se creó Barbie, de estilo Mid-century modern. Con vistas al océano Pacífico, tobogán directo a la piscina desde el primer piso, dos cuartos de baño con bañera de burbujas, cine privado, pista de deportes y dos dormitorios, uno de ellos con vestidor con todos los trajes que Barbie ha tenido a lo largo de su «vida». Durante la experiencia también se podían tomar clases de esgrima con la campeona olímpico de sable Ibtihaj Muhammad, cocinar con la conocida cocinera (¡y ex-modelo!) californiana Gina Clarke-Helm y ser peinada por la estilista y columnista de belleza Jen Atkin.

La casa de muñecas de Target en Grand Central Terminal.

La casa de muñecas de Target en Grand Central Terminal.

En 2013, la cadena estadounidense de grandes almacenes Target Corporation, una de las diez principales de los EE. UU., lanzaba su colección Threshold de muebles, decoración y artículos para el hogar y para alcanzar un gran impacto mediático tuvieron la idea de ocupar el vestíbulo Vanderbilt de la estación Grand Central de Nueva York (el espacio en el que tiene lugar el tradicional mercado de Navidad, así como muchos otros eventos promocionales, exposiciones o un campeonato mundial de squash) con una gigantesca casa de muñecas de siete habitaciones, que permaneció abierta los días 7 y 8 de mayo de aquel año.

El espacio ocupaba 150 m² y estaba decorada con más de tres mil piezas de mobiliario y artículos de hogar de dicha línea. Los visitantes también podían participar gratuitamente en una rápida sesión de cinco minutos de maquillaje o peinado para cambiar de imagen.

La «Casa de muñecas» de Heather Benning.

La «Casa de muñecas» de Heather Benning.

En 2005 la artista canadiense Heather Benning se encontró con una casa abandonada a las afueras de Sinclair, una pequeña localidad de la provincia de Manitoba, a unos 70 kilómetros al norte de la frontera con Dakota del Norte, en Estados Unidos. Esta vieja granja se convirtió en su proyecto de residencia en la comunidad de Redvers, Saskatchewan, transformando la casa en ruinas en una obra de arte titulada Casa de muñecas, finalizada en 2007.

La destartalada granja de madera se convirtió en una auténtica casa de muñecas de tamaño real. El proceso artístico de creación de la obra de Benning consistió una restauración absoluta del espacio: reparar los muebles viejos, levantar paredes nuevas, restaurar el techo y recolocar tejas. Después de pintar y redecorar el interior con muebles antiguos y los originales restaurados, Benning instaló una pared de plexiglás, para que los visitantes de la casa pudieran mirar dentro de la casa… Después de varios años la casa volvía a encontrarse en serio peligro de derrumbe; los cimientos no estaban firmes y con la seguridad como máxima, la artista decidió concluir el proceso artístico quemando la casa el 23 de marzo de 2013.

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