No es IA: La casa de Barbie existe, está en Malibú y ¡se alquila!

Sabemos que los nervios están a flor de piel entre los nacidos en los ochenta y noventa por el inminente estreno el 21 de julio de la película sobre Barbie. Ya el avance, en forma de trailer, hizo que se nos pusieran los pelos como escarpias, al ver a Margot Robbie y a Ryan Gosling caracterizados como Barbie y Ken, y al comprobar que el set design era, de tan fidedigno al universo Barbie, casi irreal. Con esto de la IA una ya se ha vuelto una descreída. Pero no, ni la película es de dibujos animados ni las fotos de este reportaje son fruto de un experto en inteligencia artificial. Aunque parezca un sueño, todo es de verdad, y se trata del máximo exponente de la tendencia decorativa conocida como Barbiecore.

Quien ha tenido una Barbie ha tenido un Ken, y a partir de ahí, todo el ajuar: el coche de Barbie (en su buena época era un Cadillac azul o un Ferrari Testarossa, hasta que llego el Porsche 911 en rosa), la casa de Barbie, el baño de Barbie, la caravana de Barbie, la piscina de Barbie... La lista, como se imaginarán, es casi infinita, casi tanto como los accesorios que se pueden encontrar en la mansión que ahora se alquila.

Se alquila la casa de la Barbie en Malibú

Los fans de la muñeca más famosa del mundo tienen, por tanto, motivos para alegrarse, y no lo decimos por lo de Ryan Gosling. Lo decimos porque hay una casa de la Barbie a escala humana y que además, está disponible en la plataforma Airbnb para que puedas hacer realidad tus sueños infantiles (y no tan infantiles).

Situada en Malibú, como no podía ser de otra manera, la mansión ofrece unas vistas panorámicas que encajan a la perfección con el paraíso costero y soleado de California que hemos conocido a través de películas y series de televisión. En el teaser de la peli que hemos visto, Barbie y Ken están tranquilamente haciendo cosas propias de su condición hasta que los patinadores más avezados en recorrer los kilómetros del paseo marítimo por excelencia se ríen de sus conjuntados atuendos. Esta es sólo una de las múltiples y alocadas aventuras que tú también podrás llevar a la vida real si sigues leyendo.

Antes de que el entusiasmo invada al lector, una aclaración: aunque se trata de la Casa de Ensueño de la Barbie, los fans sólo podrán reservar la habitación de Ken. La plataforma sortea dos estancias individuales de una noche cada una y un máximo de dos huéspedes por estancia, los días 21 y 22 de julio de 2023. Aunque sin duda la pareja perfecta siempre lo ha tenido todo para incluir en su CV alguna carrera en ADE e incluso varios masters, lo cierto es que las matemáticas no son lo suyo, y la reserva, que se abre el 17 de julio, es gratis. El viaje hasta Malibú, eso sí, tendrá que correr por cuenta de los ganadores, porque aunque los anfitriones de 'Barbie Land' sean rubios, tontos tampoco son.

Vayamos a lo importante: durante su estancia en 'Barbie Land', los huéspedes podrán dedicarse a todo tipo de actividades sólo reservadas para adictos a la adrenalina, como dar una vuelta por el increíble vestidor de Ken para encontrar un perfecto atuendo playero, tocarse unas comparsas con su guitarra, bailar en una pista parecida a la de Fiebre del Sábado Noche o tomar el sol hasta coger un tono de piel parecido al cuero, todo mientras disfrutan de una piscina infinita con vistas al Pacífico. También pueden llevarse a casa un souvenir del mundo de Ken (que es el mismo mundo rosa de Barbie pero en chico) con su propio juego de patines y tablas de surf amarillas y rosas. Sí, los sueños se cumplen.

Según la web de Airbnb, desde la última vez que recibió huéspedes, 'Barbie Land' ha realizado "emocionantes remodelaciones". Y a nosotros, que nada nos emociona más que una reforma, esta nos ha dejado sin palabras, especialmente el dormitorio y el vestidor de Ken. Podría tratarse perfectamente de la casa de Kylie Jenner o de Paris Hilton y para ser sinceros, no nos extrañaría que compartieran decorador, pero ese caballo de juguete gigante a modo de galán de noche nos despista un poco, todo sea dicho. ¿Será que nos pilla mayores para disfrutar de una fantasía semejante?