Una burbuja, el mejor refugio para dormir y ver elefantes

En medio de la jungla del norte de Tailandia, un punto del mapa en el que la vista llega a tres países (Tailandia, Laos y Myanmar), se ubica Anantara Golden Triangle Elephant Camp and Resort, situado en una colina que mira a los ríos Mekong y Ruak y el hábitat natural de los elefantes, un espacio en el que se sienten seguros para deambular a sus anchas y juguetear con sus trompas.

El establecimiento cuenta con dos burbujas habitables de 22 metros cuadrados de superficie donde se distribuyen una habitación de 4,5 metros de diámetro con una cama king size vestida con sábanas de lino y una zona para sentarse bajo el techo transparente desde la que contemplar el cielo; además de ducha y tocador cobijados en un espacio opaco dentro de la construccción. Están perfectamente equipadas con aire acondicionado, han sido diseñadas a medida por la empresa española Eye in the sky y construidas con tela de poliéster de alta tecnología para crear un entorno en el que los huéspedes puedan disfrutar de una experiencia inmersiva y cercana a la naturaleza. Por eso, una de las actividades que se ofrece es dar un paseo subido a lomos del paquidermo, pero únicamente de la forma tradicional, a pelo, sin ningún tipo de estructura que pueda dañar al animal.

Pasar la noche en la denominada Jungle Bubble y vivir la experiencia de pernoctar en una burbuja desde la que se contempla el sosegado paso de los elefantes comienza al anochecer y termina con la salida del sol y se regresar al hotel por la mañana. Cuesta 525 euros para dos personas e incluye una cena en una cesta de picnic, un minibar surtido, servicio de comidas en la habitación y menaje para preparar té y café.

Campamento de elefantes

El idílico resort Anantara Golden Triangle Elephant Camp & Resort es conocido mundialmente por su campamento de elefantes rescatados y contribuye a ayudar a estos animales que, por abuso o cualquier otra circunstancia, no pueden mantenerse por sí mismos. A un par de minutos del hotel se encuentra la sede de la Golden Triangle Asian Elephant Foundation, una ONG con varios veterinarios y biólogos que cuidan de estas criaturas que pueden alcanzar los 4.000 kilos.