Ramon López, de D'Or Joiers, tardó 15 años en cumplir su sueño de convertir la antigua fortaleza de Sant Julià de Ramis en un hotel. La paciencia y el esfuerzo merecieron la pena porque, en la actualidad, no sólo aloja el hotel de 5 estrellas Sants Metges, sino también el Museu de Joieria i Art y el restaurante gourmet Atempo, con el sello de Jordi Cruz. La excelencia en los detalles, la reconocida experiencia en cocina gourmet y una cuidada hospitalidad son la base de Atempo, una cita imprescindible para los amantes de la buena cocina.
El chef de Àbac, reconocido con cuatro estrellas Michelin, ha confiado en el gallego Iñaki Aldrey (hasta ahora al frente de Ten’s) los fogones de este restaurante. Una propuesta culinaria parecida a un Abac más informal, la cocina de ATempo, que aspira al máximo reconocimiento en la guía Michelin, se puede disfrutar en un comedor con vistas panorámicas.
El bogavante al natural de Jordi Cruz, toda una experiencia culinaria a disfrutar en este salón de tonos claros y vistas privilegiadas.
Aromas y sabores que satisfacen los paladares más exigentes, Atempo es una experiencia en toda regla. La sinfonía de texturas y sabores se puede disfrutar en un entorno privilegiado, en plena naturaleza y con un interiorismo que cede todo el protagonismo al paisaje.
Atempo tiene la garantía y la marca del grupo ABaC Group y el sello del chef ejecutivo Jordi Cruz.
En el restaurante se puede disfrutar de una puesta en escena en la propia mesa, donde el comensal puede ver cómo se ultiman las preparaciones, se infusionan ingredientes o se acaban cocciones. Un espectáculo en vivo.
Diseño de inspiración natural para una carta que aspira al máximo reconocimiento en la Guía Michelin.
La cocina del restaurante ha sido muy bien recibida. Definida como evolutiva e inquieta, está basada en el producto y aúna la creatividad con la tradición.
La excelencia en los detalles, la reconocida experiencia en cocina gourmet y una cuidada hospitalidad son la base de Atempo.
En la carta hay platos como el bogavante al natural, la mantequilla de avellanas y caviar o la bullabesa de gambas infusionada con naranja, azafrán y pan de plancton, así como clásicos de Cruz como el parmentier con ibérico y huevo, el arroz con camisa de pichón, foie gras y avellanas o los postres de camomila, leche y neula con toques cítricos.
Para el comedor principal, se ha optado por un look clásico con guiños al arte contemporáneo.
La madera es el material que abraza con calidez a los comensales; combinada con tonos neutros y telas gustosas, hace que la experiencia sea aún más placentera. Un restaurante para disfrutar con los cinco sentidos.