Aldo Bakker presenta en Nueva York sus piezas artesanales
El diseñador exhibe 'Slow Motion', unas piezas a caballo entre la escultura y el mobiliario que le han llevado muchos meses de trabajo.
Cualquiera puede tener en casa algún objeto o mueble de diseño, pero no todos defienden que la producción en masa y en cadena genere piezas impersonales que no reflejen la verdadera alma de su creador o autor. Esto mismo es lo que piensa el diseñador de productos holandés Aldo Bakker, quien a través de la exposición Slow Motion (que puede verse hasta el 23 de agosto en el Carpenters Workshop Gallery de Nueva York) quiere promover que todo, aunque no nos guste a priori, requiere su tiempo.
Bakker ha estado años pensando hasta el más mínimo detalle de unas piezas escultóricas que, en realidad, reflejan muebles oníricos que hasta ahora sólo convivían en su creativa cabeza. Dichas piezas cuentan con el llamado lacado Urushi, una laca japonesa que se emplea desde tiempos inmemoriales y que destaca no solamente por su efectividad, sino también por la paciencia que requiere: sus imaginarios muebles han pasado por 30 capas de esta laca, y cada capa requiere un día entero para su secado. Poco a poco, sin ningún atisbo de prisa, el holandés ha ido creando estos fantasiosos muebles sobrados de poesía y belleza.