Aldo Bakker presenta en Nueva York sus piezas artesanales

El diseñador exhibe 'Slow Motion', unas piezas a caballo entre la escultura y el mobiliario que le han llevado muchos meses de trabajo.

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Slow Motion, de Aldo Bakker

Tras una primera retrospectiva que pudo verse en 2017 en el MUDAC de Lausanne, Suiza, ahora es el Carpenters Workshop Gallery de Nueva York quien hasta el 23 de agosto reúne en Slow Motion las últimas obras del holandés Aldo Bakker, quien ha producido una amplia gama de objetos para empresas como deCarácter, Georg Jensen, Puiforcat o Sèvres. La exposición puede verse hasta el 23 de agosto en el Carpenters Workshop Gallery de Nueva York

 Slow Motion de Aldo Bakker

La exhibición está compuesta de piezas escultóricas del todo poéticas en las que Bakker reinterpreta libremente diversos muebles. ¿Escultura o mobiliario? Ambas cosas a la vez. 

Slow Motion, de Aldo Bakker

La laca japonesa Urushi fascina a Bakker. Las piezas de la exposición cuentan con hasta 30 capas de este lacado. Teniendo en cuenta que para que se seque necesita un día entero se entiende porque la exhibición se titula Slow Motion (a cámara lenta). 

Slow Motion, de Aldo Bakker

El propio Bakker confiesa que ha estado trabajando en algunas de estas piezas a lo largo de todo un año. Mima hasta el más mínimo detalle de ellas y no quiere dejar absolutamente nada al azar, lo cual se refleja en su espectacular resultado.

Slow Motion, de Aldo Bakker

La premisa de Slow Motion pasa por un diálogo entre los diversos muebles que se exponen. Comparten un mismo espacio, pero cada uno tiene su propia personalidad y transmite emociones diferentes para Bakker. 

Slow Motion, de Aldo Bakker

En la exposición pueden contemplarse diversas formas redondeadas bajas que en realidad funcionan como asientos y taburetes. 

Slow Motion, de Aldo Bakker

A su vez, con tal de romper con las formas, estos oníricos taburetes y asientos conviven en la sala con largas piezas monolíticas como esta mesa de piedra estableciendo un diálogo horizontal. 

Slow Motion, de Aldo Bakker

El largo proceso de creación de cada una de estas piezas lleva a Bakker a una reflexión: "Pensemos dos veces antes de poner algo en el mundo". Para el autor el diseño de productos tiene que ser algo más reflexivo y personal, no una simple cadena de montaje. 

Cualquiera puede tener en casa algún objeto o mueble de diseño, pero no todos defienden que la producción en masa y en cadena genere piezas impersonales que no reflejen la verdadera alma de su creador o autor. Esto mismo es lo que piensa el diseñador de productos holandés Aldo Bakker, quien a través de la exposición Slow Motion (que puede verse hasta el 23 de agosto en el Carpenters Workshop Gallery de Nueva York) quiere promover que todo, aunque no nos guste a priori, requiere su tiempo.

Bakker ha estado años pensando hasta el más mínimo detalle de unas piezas escultóricas que, en realidad, reflejan muebles oníricos que hasta ahora sólo convivían en su creativa cabeza. Dichas piezas cuentan con el llamado lacado Urushi, una laca japonesa que se emplea desde tiempos inmemoriales y que destaca no solamente por su efectividad, sino también por la paciencia que requiere: sus imaginarios muebles han pasado por 30 capas de esta laca, y cada capa requiere un día entero para su secado. Poco a poco, sin ningún atisbo de prisa, el holandés ha ido creando estos fantasiosos muebles sobrados de poesía y belleza.

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