Hasta el 17 de junio, en el marco de la Barcelona Design Week, el hotel Cotton House alberga la exposición Galanes para el siglo XXI. La comisaria Marta Rodríguez Bosch invita al público a conocer piezas actuales correspondientes a una tipología de mobiliario que evoca la elegancia de otras épocas desde una visión contemporánea y moderna.
"Se dice que el nombre hace a la cosa. El galán de noche, durante décadas, estuvo asociado a una imagen nítida: unmueble airoso y con buena percha, presumido, aunque algo envarado. No obstante, más allá de su denominación, el perfil cambiante de los objetos refleja el punto de vista de la sociedad en cada momento, sus aspiraciones, anhelos, fantasías, circunstancias...", explica Rodríguez Bosch.
Tras pasar por horas bajas, el galán de noche renace en el siglo XXI con nuevas fisionomías de la mano de algunos de los mejores diseñadores y marcas del momento, liberado de género y como útil complemento para todos y todas. Como expone la comisaria, el actual galán de noche desdibuja esa figura algo encorsetada de antaño. Se torna más cómodo, añade funcionalidades e integra asientos (como Majordomo, de GTV, Mate, de Living Divani, o Alfred, de Covo). Explora contornos cambiantes y abstractos (Estenda, de Ligne-Roset, Galan/Momentos, de Nomon, o Galant, de Sic97) o deviene orgánico, inspirándose en la naturaleza (Petalo, de Ton). También ase pone coqueto incorporando espejos (Sam, de Porada). Cuando mantiene su imagen más icónica, se estiliza hasta convertirse en bello trazo (Ren de Poltrona Frau), e incluso en personajillo de comic contemporáneo (Officina, de Magis). Y con su actual versatilidad, extiende el uso a otras estancias de la casa, más allá del dormitorio.
El inicio de la transformación del galán en mueble sin género tiene un momento clave en los años 60. Fue entonces cuando la americana paso a formar parte del vestuario femenino y el diseñador Giorgio Armani hizo de esta prenda un básico para la mujer elegante del siglo XX. Los variados perfiles que hoy ostenta ilustran también una sociedad donde las formas de indumentaria se multiplican.
En nuestro país, el galán de noche se popularizó en la segunda mitad del siglo XX. Época del despegue económico y de memorable galanes de cine (Clark Gable, Gary Cooper, Gregory Peck o, en versión castiza, Arturo Fernández) que alimentaban sueños y suspiros. Pero este mueble como tal, se remonta al siglo XIX y al nacer se denominó valet (sirviente). Término francés que pasó al inglés, y hoy se sigue empleando en ambos países. Otra época y otra figura la del criado, que se ocupaba de que las prendas lucieran impecables para el día siguiente.
En castellano, la pervivencia del nombre que remite a una época de galanes y galanterías, nos interpela con ironía sobre nuestros actuales usos y costumbres. De la manera como hoy cuidamos, o no, nuestra indumentaria, hasta preguntarnos si actualmente existen galanes, en el cine y en la vida real, y si los echamos, o no, de menos.
"Seguramente llegará el día en que la Real Academia modifique la definición de galán de noche", cree Rodríguez Bosch:
m. Mueble de alcoba que sirve de percha para la ropa masculina.
"Ya no dormimos en alcobas sino en habitaciones, es de uso general y si naciera hoy como mueble, tal vez lo llamaríamos personal assistant".