El MoMA se pregunta qué es el buen diseño
El museo neoyorquino aborda esta cuestión en la exposición The Value of Good Design.
La exposición puede verse hasta el 27 de mayo.
Una indiscutible institución como el MoMA, en Nueva York, desde que abrió sus puertas en 1929 se hace prácticamente a diario una pregunta que no siempre tiene una fácil respuesta: ¿qué es realmente un buen diseño y cómo puede mejorar realmente nuestro día a día? Sin ir más lejos, en 1953 la prestigiosa revista Time reflexionaba qué tenía de arte una simple escoba, a lo que el museo contestó textualmente "sí, siempre y cuando esté diseñada para ser útil y atractiva". Se puede decir más alto, aunque no más claro.
Pasado y presente se alían en esta muestra.
Hasta este próximo 27 de mayo el MoMA reflexiona sobre la democratización del diseño en una interesante exposición llamada The Value of Good Design, donde podrán verse las visionarias apuestas que el propio museo hizo desde finales de los años treinta hasta los años cincuenta en lo que ellos mismos bautizaron como Good Design: una etiqueta de garantía que tuvo un gran poder de influencia a lo largo de aquella época. Muebles, electrodomésticos, cerámicas, medios de transporte, artículos deportivos... La muestra abarca un sinfín de piezas de todo tipo que coinciden en dos elementos de suma importancia: el hecho de que estuviesen bien diseñados y que su precio fuera asequible. De eso va precisamente la democratización.
El propio MoMA puso la etiqueta de Good Design en los diseños pioneros de la primera mitad del siglo XX.
La exhibición también hace hincapié en cómo este concepto del llamado buen diseño fue un elemento en auge tras la II Guerra Mundial y, sobre todo, durante la Guerra Fría tanto en los países abanderados del comunismo como del capitalismo. Además, dicha muestra quiere establecer un interesante diálogo entre el presente y lo pretérito. ¿Son mejores los productos de este siglo que los de mediados del anterior? ¿El diseño ha tenido que redefinirse a las nuevas audiencias o mantiene inalterable su esencia? Estas dos, así como muchas otras preguntas, las debe contestar el visitante que acuda al MoMA estas semanas.