Malota, una ilustradora versátil
El alter ego de la valenciana Mar Hernández despliega su lenguaje gráfico camaleónico en proyectos muy variados
Aleks Gallardo
Periodista especializado en interiorismo y diseño / Coordinador web de Arquitectura y Diseño
Malota, que en realidad tiene cara de buena persona, es doctora en Bellas Artes e imparte clases en la facultad homónima de Valencia. Asegura que su principal objetivo en esta vida “es ser feliz”, y que para ser ilustrador “hay que dedicarse de una forma ética y profesional”.
Desde su estudio Malota trabaja en proyectos muy variados y en diferentes contextos (editorial, producto, audiovisuales, prensa...), porque, como ella explica, “a mí siempre me ha gustado aprender cosas nuevas y por eso me involucro en proyectos de diferentes áreas. Para conseguirlo he tenido que desarrollar un lenguaje gráfico versátil con el que poder adaptarme a las necesidades de cada contexto”.
Quizá esa versatilidad es lo que provoca que le cueste definir su estilo, algo que por otra parte no le quita el sueño. "Yo me preocupo de que sea personal, rico, original; también de que no sea un corsé que no me deje crecer. No sé hasta qué punto es interesante definir con palabras algo que hay que mirar con los ojos y la cabeza.
Su libro Hacia ningún lugar: una colección de silencios, editado en 2013 por Simientes Editores, obtuvo tres Premios Anuaria. Malota, que cuenta con clientes en todo el mundo, como las agencias McCann Erickson Istambul, Satchi y Satchi o SCPF, hace un uso inteligente del color: “Es un elemento comunicativo poderoso, nos permite contar muchas cosas y transmitir determinadas emociones. Para mí es muy importante saber usarlo bien y entender su potencial comunicativo, más allá de la estética”.