Los más peques toman asiento
La silla Hamaika es un diseño de Unai Rollán para niños (y no tan niños), ideal para montar en familia
Si su nombre te lleva a hasta islas caribeñas u otro lejano lugar no diremos nada. Tan solo que no estás muy familiarizado con el euskera. La silla Hamaika es tan vasca como su diseñador, Unai Rollán, y significa "once" en su lengua materna. Su autor la bautizó así porque once son las piezas que componen esta silla auto-montable. También pensaste, quizá, que con Ikea se había acabado tu relación con el bricolaje o el DIY (háztelo tu mismo). Esta propuesta te hará retomarlo con la ayuda inestimable de los pequeños de la casa. Así será más divertido.
La silla Hamaika se ha diseñado con la idea de implicar al usuario final en el proceso creativo a través de sencillas piezas de madera de pino que encajan entre sí. Con unos tornillos, unos tacos de madera y una simple llave allen, estará lista en menos de 30 minutos. Por eso es ideal para construirla con los niños. Unai eligió la silla como elemento de mobiliario porque ofrece un mayor sentido de la propiedad, sobre todo para los niños, que lo primero que aprenden a decir es ¡mío! La fase final del proceso es la que genera ese sentimiento de propiedad y satisfacción por haber creado un objeto. Y además de construirla con sus manitas, también la pueden personalizar poniendo su nombre, dibujando en ella o pintándola de su color favorito.
Aunque es ideal para pequeños brico-maniacos de al menos 120 centímetros de altura, también puede servir para adultos, bien para usarla como taburete, como mesita auxiliar o de noche. Los límites los pone su propietario. El proceso de fabricación del producto es sencillo, no supone un gran coste y apenas genera residuos; por tanto, es un producto responsable y sostenible. El pack Hamaika se presenta en diversos acabados, al natural y pintadas a mano en dos tonos distintos: verde salvia o en negro mate.