Los Boroullec difuminan las alfombras de nanimarquina

Son viejos conocidos. Los hermanos Bouroullec pueden presumir de dos colecciones con nanimarquina, Losanges (2011) y Lattice (2016), donde ponían como sello visual la repetición y la secuencia de formas geométricas y el kilim fue la técnica de su elección, compuesta de hilos de lana por la trama de la alfombra y de mayor finura que una alfombra tradicional.

La meticulosidad de estos diseñadores franceses y su espíritu investigador les ha llevado a dar un paso más allá y presentar su tercer trabajo junto a la marca española, Blur, una colección con dos lecturas. Al verla de lejos, se aprecia una superficie indefinida y desenfocada que da nombre a la colección, mientras que al acercarse se descubren líneas y rombos rítmicos en distintas proporciones, al más puro estilo cinético.

Este efecto emborronado se ha conseguido invirtiendo el sentido en el que se tejen tradicionalmente los kilims, siendo por tanto mucho más laboriosa su confección. Este cambio en el proceso de producción hace que las líneas queden desdibujadas, mezclando de forma desigual dos colores y creando así una alfombra de aspecto envejecida y con ecos del pasado.

Se consolida así el adn de una marca nacida en 1987 con un único deseo: “Quería diseñar alfombras visualmente sorprendentes y que la gente las disfrutara”, expresa su fundadora, Nani Marquina, en estado de agitación constante en lo que a innovar en técnicas y materiales se refiere. De visión netamente contemporánea, fabrica sus alfombras en India y Pakistán sacando así partido a las posibilidades ilimitadas de la artesanía.