La cocina sin secretos de MVRDV

¿Sabemos cuánta comida guardamos en nuestra cocina? ¿La cantidad de residuos que generamos al cocinarla? ¿Está realmente tan limpia como creemos? Son cuestiones que el estudio de arquitectura holandés MVRDV se ha planteado al diseñar la Infinity Kitchen, una cocina hecha totalmente de cristal que se exhibe hasta el 30 de septiembre en la Università IUAV di Venezia Ca’tron dentro del proyecto Kitchen Home, un evento satélite de la Bienal de Arquitectura de Venecia. La instalación plantea cómo mejorar el diseño de cocinas y nuestra experiencia culinaria haciendo que todos los procesos que tienen lugar en este espacio –almacenamiento, preparación, eliminación de residuos, mantenimiento– sean completamente transparentes para que tengamos una mayor conciencia de ellos.

Infinity Kitchen toma como punto de partida la cocina modular típica de los hogares actuales y presenta una evolución del diseño de este espacio de la casa, todo un reto en la actualidad. En lugar de ocultar los aspectos más prosaicos de la preparación de la comida, la instalación los muestra de un modo que invita al usuario a un mayor control y, de este modo, a implicarse más en el universo culinario y en una alimentación más saludable.

El proyecto surgió por iniciativa de Weng Ling, del Centro para las Artes de Pekín (BCA), una institución con la que el estudio MVRDV lleva colaborando desde 2002 en proyectos enfocados a entornos urbanos y culturales. En su desarrollo también participaron el arquitecto japonés Kengo Kuma y el videoartista Au Yeung Ying Chai, presentes también en la exposición con sendas instalaciones.

La idea de subvertir los límites entre lo que es y no visible en los espacios habitados no es nueva para MVRDV; en el reciente proyecto Crystal Houses, en Amsterdam, toda la fachada es de cristal. "Veo esta cocina como parte de un sueño más grande", afirma Winy Maas, cofundador del estudio. "Es parte de un entorno transparente y accesible. Imaginemos que no solo nuestras cocinas fueran transparentes, sino también los muros de nuestras casas. Esto crearía perspectivas infinitas en nuestras ciudades. Convertiría los claustrofóbicos entornos urbanos en paisajes similares a la naturaleza".