El distintivo de los taxis, el archicopiado calendario de Vinçon, la imagen de la candidatura de los Juegos Olímpicos de Barcelona, la identidad visual del Museo Picasso y de la mítica sala de conciertos KGB... La historia de éxito de la Ciudad Condal con el diseño en los últimos treinta años no sería la misma sin la aportación de América Sánchez a alguna de sus instituciones más emblemáticas.
Detrás de sus trabajos más representativos se extiende una extensa actividad que lo abarcó todo en el campo del diseño gráfico. Especializado en la creación de símbolos e identidad corporativa, la larga trayectoria de este creador galardonado en seis ocasiones con el premio Laus del ADG/FAD y Premio Nacional de Diseño en 1992 alcanza también el cartelismo, la tipografía, la publicidad, la señalética o el diseño editorial.
Para preservar y difundir gran parte de su obra, el creador ha donado más de un centenar de piezas y su archivo profesional al Museo del Diseño de Barcelona. La donación se incorpora tanto a los fondos de la Colección de Diseño gráfico, con 116 piezas representativas de toda su trayectoria –algunas de las cuales entrarán a formar parte de la nueva exposición permanente que se prepara para el 2018–, como al archivo del Centro de Documentación del Museo del Diseño con documentación relacionada con unos 500 proyectos desde 1964 hasta el 2012. Todo un fondo de obra gráfica que da testimonio de la trayectoria y manera de trabajar de America Sanchez y que contribuirá al conocimiento y el estudio de esta figura emblemática del diseño español.
Juan Carlos Pérez Sánchez, conocido profesionalmente como América Sánchez, nació en Buenos Aires el 1939. Se formó de manera autodidacta, estudiando las publicaciones de Josef Müller-Brockmann. Empezó a trabajar en Argentina como dibujante en las agencias Barnum y Agens, y en 1965 se traslada a Barcelona donde establecerá su residencia y estudio.
Experimentación y diversidad de lenguajes, técnicas y recursos gráficos son las palabras que mejor definen la obra de América Sánchez. Sus propuestas, sobre todo en el campo de los símbolos y la imagen corporativa, dos de sus especialidades, son sencillas a pesar de la complejidad que implica un trabajo de este tipo y son un claro exponente de su definición de diseño: "pensar, elegir y evaluar, entre otras muchas cosas".
América Sánchez ha trabajado para grandes empresas como Vieta, Torraspapel, Mobles 114, instituciones públicas como el IMPI (Instituto de la Pequeña y Mediana Empresa), el Ayuntamiento de Barcelona o el DDI (Sociedad Estatal para el Desarollo del Diseño y la Innovación). Pero su obra quedará grabada para siempre con letras de oro en el imaginario popular gracias a sus diseños para los lugares e iniciativas que formaron parte del paisaje cotidiano de los barceloneses en los años ochenta y comienzos de los noventa, y que contribuyeron a forjar la proyección internacional de la ciudad.