Alfombras de exterior
Son las mejores aliadas para trasladar el confort mullido de casa al aire libre. Elígelas de materiales livianos frescos y, sobre todo, resistentes a la intemperie
Aleks Gallardo
Periodista especializado en interiorismo y diseño / Coordinador web de Arquitectura y Diseño
Vestir los suelos es una de las tareas más amables a la hora de decorar, porque con un solo gesto se puede transformar el aspecto de una habitación y, cómo no, de una terraza. Muchos asocian este elemento al invierno, pero también son para el verano, y las de exterior cada vez ganan más adeptos.
Además del diseño hay otro factor a tener en cuenta cuando se trata de colocar una alfombra al aire libre: la composición. Los materiales adquieren una mayor importancia cuando hablamos de productos para el exterior. Han de ofrecer una buena resistencia a factores ambientales como la humedad, la lluvia o la exposición solar.
En general, a menos que lleven un tratamiento específico, cada material tiene unas características particulares. Las alfombras de materiales sintéticos son resistentes a la humedad y a los rayos del sol. Las de fibras naturales como el sisal, el bambú o el yute no son buenas aliadas de la humedad, pero son transpirables y tienen un tacto muy agradable.
En la oferta actual de alfombras de exterior las propiedades de las fibras se transmutan a menudo, encontrando así productos sintéticos de confección artesanal, con un aspecto muy natural, o de fibras vegetales con tratamientos impermeables que las hacen mucho mas versátiles. En definitiva, existen tantas alternativas como gustos; solo hay que elegir la que sea más funcional y aporte ese plus decorativo a tu espacio al aire libre.