Ventajas y desventajas de las tarimas de madera para exteriores

Además del césped, las tarimas de madera son una opción muy demandada para cubrir zonas concretas en los espacios al aire libre. Su acabado, sus colores y sus bondades hacen que sean una opción nada desdeñable, aunque también es importante saber que no todo son ventajas.

Jardín con tarima

Jardín con tarima

Ores Lario
Ores Lario

Periodista especializada en estilo de vida, decoración y diseño

Ahora que las zonas de exterior se convierten en el centro de la casa, necesitamos soluciones prácticas y decorativas con las que poner a punto porches, terrazas y jardines. Por su comodidad y excelentes resultados, una de las opciones más habituales es la instalación de una tarima exterior, ya que visten de manera rápida y fácil los espacios y los convierten en una zona cálida y acogedora.

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Lo más característico de las maderas que se comercializan para su instalación al aire libre es que contienen aceite en la savia. "Las tarimas exteriores más habituales son la de iroco, ipe, cumarú o teka y merbau y al ser de origen tropical suelen ser de un color oscuro", explican desde el fabricante de maderas Jesús del Ser y advierten que para su instalación al aire libre se evitan movimientos "si la madera se ha estabilizado en secadero. También es determinante que el sistema de grapas o sujeción sea el correcto".

Tarima junto a la piscina

Tarima junto a la piscina Foto: Belén Imaz

Cómo mantener las tarimas

Por su ubicación al aire libre y su exposición directa al sol, la lluvia, el viento y otros agentes atmosféricos, este tipo de revestimientos para el exterior mutan su aspecto. "En tan solo unos meses, cualquier madera a la intemperie adquiere un tono grisáceo. Un efecto de paso del tiempo que, para muchos, tiene un encanto especial en las superficies de madera. Sin embargo, si queremos que la tarima no cambie de tono, requiere de un mantenimiento específico y diferente al que necesita para el interior. Por eso es conveniente tratarla con aceite de exteriores con filtro solar, es decir, con productos que actúan a «poro abierto», ya que si se tapa el poro de la madera con barniz no permitimos que ésta respire ni tenga los movimientos oportunos", explica Nuria del Ser, gerente de Jesús Del Ser.

Tarima en un jardín

Tarima en un jardín

Las ventajas de las tarimas de madera

1. No se estropea. "Cada vez hay más clientes que dejan que la madera evolucione y que tome color con el tiempo. Así se nota que es un producto natural, con personalidad única", apunta la gerente de Jesús del Ser.

2. No requiere de mantenimiento. "Para mantener el color original se puede aplicar un tratamiento o bien dejar que con el tiempo adopte su color natural", explican los fabricantes. "Su limpieza es sencilla pues basta con el agua de la manguera y los restos de suciedad desaparecerán”.

3. Es cálida y versátil. "La madera es un material aporta calidez tanto en ambientes rústicos como modernos. Además, la decoración con la madera como protagonista confiere una estética más actual y minimalista", apuntan desde Del Ser.

4. Se integra con facilidad. "Al ser un elemento natural, la madera es la idónea en los espacios exteriores, ya que se integra perfectamente con la vegetación o los jardines. Y al no retener el agua, evitaremos que se creen los incómodos charcos", aseguran los fabricantes.

5. Beneficia a la salud. Como dicen desde Del Ser, “la madera tiene propiedades que ayudan a que nos sintamos confortables, y eso mejora la salud de las personas, según se desprende de varios estudios realizados para averiguar cómo afecta al sistema sensorial el pisar una tarima maciza con los pies descalzos”.

6. Genera homogeneidad. "Los suelos de madera para el exterior son una solución que sirve para ocultar desperfectos, así como nivelar suelos", añade el arquitecto Juan Goñi de Klic Arquitectos.

Tarima combinada con césped

Tarima combinada con césped Foto: Jesús del Ser

Desventajas

1. Requiere de mantenimiento constante. A diferencia de los sintéticos, que no requieren tantos cuidados, la madera sí necesita que se le preste una mayor atención. “Como es un revestimiento que está a la intemperie, puede generar una estética avejentada que a no todo el mundo le gusta. Además, la madera está viva y con el agua se expande y con el efecto del sol se contrae, así que si no tiene un buen mantenimiento puede perder el tratamiento y deformarse", indica el arquitecto.

2. Es una opción más cara. Cuando se busca madera de calidad para las tarimas el precio es más elevado que cuando se apuesta por materiales sintéticos.

 

 

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