El otoño trae las hojas cayéndose de los árboles, los primeros jerséis de lana, una agradable descenso de las temperaturas... y el irremediable ¡cambio de armario! Si este año te has propuesto resolver esta cuestión de una vez por todas, te damos consejos que te servirán para esta temporada y las demás. ¿Listo para empezar?
Antes de poner a hibernar tu ropa, debes lavarla; resulta un poco tedioso pero se lo debes a las prendas que te han proporcionado esos lookazos estos meses. Si te dispones a guardar la ropa de verano, puedes empezar por las prendas más "difíciles", como los vestidos largos, y dejar los básicos para el final, cuando estás más cansado.
Contra el agobio del armario rebosante, el remedio de los elementos que nos ayudan a proporcionar paz visual.
Una vez tengas la ropa limpia, organízala por tipo. La ropa de tejidos más delicados, como las blusas de seda, requieren de un cuidado extra, así que lo mejor es que recurras a las fundas. Para las camisetas, que se doblan sin mayor problema, puedes optar por cajas.
¿Y qué hago con los zapatos?, te preguntarás. Los zapatos tienen un capítulo aparte. Aunque cuando los compras vienen con su propia caja, sentirás una paz interior indescriptible si los guardas en cajas transparentes que te permitan identificarlos a primera vista. Tus zapatos de tacón merecen un trato especial... Reserva para ellos cajas más grandes y dejarás que respiren.
A la hora de guardar los zapatos de tacón, opta por cajas más grandes y, así, cuando vuelvas a necesitarlos, los encontrarás intactos.
Ahora que ya tienes la ropa de la temporada pasada guardada, llega el momento de organizar la nueva. En cualquier armario –y en el tuyo también– hay un espacio con mucho más aire: aprovéchalo para guardar los abrigos y las chaquetas, y, si caben, también los pantalones, debidamente doblados. Los jerséis de invierno ceden con el tiempo, así que es mejor doblarlos y ponerlos en baldas, junto a las camisetas con las que vayas a combinarlos.
Si, pese a estos consejos, el cambio de armario te sigue pareciendo un horror, es momento de tomar una decisión definitiva: prescinde de las compras impulsivas y apuesta por pocas prendas, pero de calidad. Verás cómo el tiempo que inviertes en esta tarea disminuye drásticamente.