El truco secreto de los interioristas para acertar siempre: la regla del tres

Descubrimos el secreto gracias al cual los profesionales de la decoración logran un resultado impecable en sus proyectos. Equilibrio y armonía son el resultado de la conocida como regla del tres. o.

Combinar distintos materiales de elementos parecidos ayudará a darle interés al conjunto.

Combinar distintos materiales de elementos parecidos ayudará a darle interés al conjunto.Foto: Eugeni Pons

Isabel Zúñiga
Isabel Zúñiga

Periodista especializada en temas de hogar, decoración y estilo de vida

¿Por qué cuando intentamos colocar varios elementos en una mesa de centro no queda bien? ¿Y por qué pasa lo mismo cuándo lo hacemos en una estantería o una consola del recibidor? Si buscas la respuesta al enigma aquí tienes la solución: la regla del tres. Los interioristas aplican una regla para conformar un todo de distintos elementos.

Aunque en ocasiones le acompañe cierta mala fama, el tres es un número muy valorado en decoración, y un gran recurso para conseguir equilibrio y armonía. Por ejemplo, en el caso del proceso de creación de rincones especiales como los de lectura o similares, ya que normalmente son tres los elementos elegidos.

Una silla, una lámpara o una mesa forman esa terna perfecta que proporciona equilibrio visual. Otra de las composiciones estrella en ese sentido sería una silla, una cómoda y un cuadro. O una lámpara con tres puntos de luz. Y así sucesivamente.

Varios ejemplos en los que el tres es el flamante protagonista.

Varios ejemplos en los que el tres es el flamante protagonista. Foto: Pere Peris

Si bien es cierto que normalmente se habla de tres elementos, este truco es extensible a todas las composiciones de números impares. Frente a la simetría y encorsetamiento de los pares, los impares transmiten mayor dinamismo y equilibrio.

Aun así, también es importante jugar con los elementos a fin de no caer en el aburrimiento y la monotonía. En el caso de objetos similares, la manera más fácil de hacerlo es que sean de distinta altura, por ejemplo tres jarrones de cristal, tres velas o tres figuras. Al ojo le resultará muy atractiva esta composición en la que se le ofrece un patrón con cierta variación.

Variar las texturas enriquece cualquier composición otorgándole mayor autenticidad.

Variar las texturas enriquece cualquier composición otorgándole mayor autenticidad. Foto: Pere Peris

De igual modo, mezclar piezas de materiales tan dispares como la madera, la cerámica o el cristal va a resultar más sofisticado que tres elaborados con el mismo material y que no aporten ningún matiz nuevo.

En el caso de tener una mesa de centro con seis elementos, habrá que agruparlos en grupos de tres, pudiendo también superponerse. Muestra de ello es el tradicional libro de gran formato sobre el que descansan una lupa o una vela. Sea como sea, el resultado no debe ser forzado sino natural. Sino funciona habrá que seguir probando hasta dar con la fórmula adecuada.

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