Cuando de refrescar una vivienda se trata, la primera norma es reducir la cantidad de objetos a la vista en cada estancia de la casa. Impón el orden y la contención, eliminando lo superfluo y mimando las soluciones de almacenaje y los muebles de doble función. El calor no solo es un valor físico, también es una sensación, y la acumulación y el desorden lo potencian. Estos son los trucos que ayudan a mitigarlo: