Un espacio de trabajo en el que encontrar el mismo confort que en nuestra propia casa: es lo que pretendía lograr Pelusa Studio con las oficinas de la firma sueca de código Prototyp. Ubicadas en una finca regia típica del Eixample barcelonés de principios del siglo XX, el espacio se aleja del tipico lugar de trabajo, apostando por un interiorismo acogedor que saca provecho de los elementos del pasado del lugar: techos altos con molduras, mosaico Nolla, grandes puertas con arcos y enormes ventanales. En su decoración se ha cultivado además un estilo Neo Art Deco con piezas de mobiliario llamativas y de cierto aire retro y en colores que resultan inusuales en un espacio de este tipo.
Según explican desde Pelusa Studio, Prototyp Barcelona desarrolla proyectos de carácter internacional por lo que necesitaba espacios para videollamadas y zonas para el descanso, con todas las comodidades para relajarse después de estar horas mirando la pantalla. “El cliente quería algo atrevido pero que representase la sede de Barcelona. Que fuese atractivo para sus trabajadores y ofrecer a los empleados de Suecia, un lugar desde donde trabajar en el corazón de Barcelona”, explican.
En esta oficina del centro de Barcelona, Pelusa Studio apostó por un interiorismo cálido, que pone en valor los elementos señoriales y clásicos de este edificio de principios del siglo XX.
Foto: Montse Garriga
De este modo, con la nueva distribución de sus 240 metros cuadrados, el despacho se compone por una zona de trabajo una sala de reuniones y espacios para videoconferencias además de un gran salón, comedor y cocina abierta al pasillo. “Para la distribución del espacio, la idea era romper con el efecto pasillo de este tipo de viviendas antiguas así que hicimos demolición de un par de tabiques para abrir el espacio”, comentan desde el estudio.
En cuanto al interiorismo, se ha logrado crear una imagen acogedora, alegre y atrevida a través de una cuidada selección de mobiliario y de una paleta de colores en tonos inusuales que puede apreciarse desde que accedemos al hall. En este espacio, la luz natural entra generosamente y se ha ubicado un gran sofá tapizado en el mismo azul corporativo de la marca, una mesa de centro en madera con sobre de cristal adquirida en un anticuario y un sillón de terciopelo mostaza, que se ubica en la zona de galería, con dos sillas de ratán trenzado y madera de Kave Home.
La cocina se ha diseñado con una tonalidad verde esmeralda, tanto en los armarios como en las puertas y paredes, y que combina a la perfección con unos taburetes verde oliva intenso. Como detalle, sobre el banco instalado para que los empleados coman, se ubica una estantería colgante con plantas naturales. La zona de despachos se ha teñido de una paleta colores oscura, que contrasta con el blanco dominante en paredes y techos. Así, el mobiliario de oficina es en tonos negros mientras que la pared es marrón oscuro y las cortinas son de un llamativo azul intenso.
Además, en el resto de la oficina, se combinan elementos como la carpintería de madera de algunas contraventanas originales, que lucen desgastadas por el tiempo, con un gran neón del logo la marca de la compañía que reina en el hall. Un juego entre pasado y presente que hace de esta oficina un espacio en el que dan ganas de quedarse a vivir.