Nacida en la ciudad holandesa de Alkmaar, Sabine Marcelis creció en las afueras de Rotterdam, la ciudad a la que ahora llama hogar. Sin embargo, pasó gran parte de su adolescencia en Nueva Zelanda, donde estudió en la Universidad de Wellington. Tenía 10 años cuando sus padres holandeses quisieron cambiar de estilo de vida y se mudaron al otro lado del mundo. Sabine Marcelis ha estampado su firma en productos, instalaciones y objetos de decoración con su particular manejo de la luz en interacción con distintos materiales y texturas. Este mes Ikea acaba de anunciar su nueva colaboración con la diseñadora que desarrollará una nueva colección que llegará a las tiendas dentro de un año.

Sabine Marcelis fundó su estudio en Róterdam, donde crea objetos, lámparas y muebles que combinan materiales con sorprendentes efectos visuales.

La nueva colección explora el potencial de la luz directa e indirecta en la casa y enfatiza la belleza de la luz y su impacto positivo en el bienestar emocional de las personas. Incluirá, entre otros elementos, vasos, cuencos, espejos y lámparas. Y aunque muchas piezas serán de edición limitada, algunas de iluminación se integrarán a largo plazo en el catálogo de la empresa que ha democratizado el mundo del mobiliario. "Con esta curiosa colección, queremos explorar cómo la luz interactúa con los materiales, la textura y el color, y demostrar cómo los objetos hermosos que nos rodean pueden tener un efecto positivo en la vida cotidiana. Los nuevos productos supondrán una fantástica aportación al surtido de Ikea, ya que muestran el lenguaje de diseño único de Sabine Marcelis", ha dicho Henrik Most, responsable de diseño de producto en la firma de mobiliario.

La primera colaboración de la diseñadora con Ikea fue esta lámpara que cambia el ambiente de cualquier espacio a través de sus cinco colores.

Con la esperada colaboración, el gigante sueco y Sabine Marcelis profundizan en la luz y cómo ésta cobra vida en el hogar, a través de llamativas creaciones que juegan e interactúan con la luz y tienen un valor emocional además de funcional. "La iluminación y los objetos de diseño con luz integrada son más que productos funcionales de decoración del hogar. La luz tiene un impacto en cómo nos sentimos, crea ambiente y atmósfera. La luz directa e indirecta pueden crear efectos inesperados que armonicen o amplifiquen nuestro entorno", ha apuntado Marcelis, que busca explorar cómo se puede convertir la luz en algo que no solo sea puramente funcional. "La luz tiene la capacidad de mejorar la apariencia, la sensación y la atmósfera del hogar", puntualiza la creadora cuyo trabajo busca crear experiencias mágicas a través de sus atractivos diseños.