Popularmente se dice que hasta junio (o hasta el 40 de mayo, como reza el refrán) no debemos confiar de que el buen tiempo se instale definitivamente, pero las temperaturas cada vez más altas indican que cada vez falta menos para los días de sol y bañador. Toca tener las piscinas a punto, como una invitación a la sonrisa y a recorrerlas a brazadas, al igual que Neddy Merrill el protagonista del relato de El nadador, de John Cheever que decide volver a casa nadando por todas las piscinas del vecindario.
Quizá todavía no haya llegado para todos el momento del chapuzón, pero sí toca limpiarla, revisar el cloro (o la sal) y ponerla a punto, porque solo si está en buen estado podrás disfrutarla al máximo. Por eso has de asegurarte de que la estructura y el interior del vaso no están deteriorados ni presentan grietas que puedan suponer posibles fugas de agua. Si las tuviera habría que repararlas. También es importante revisar el resto de elementos y aquí te los recordamos: