Racional, beneficiosa y más sostenible
La energía es el mayor gasto doméstico variable, así como el mayor foco de emisiones de co2. En parte podemos controlarlo con un cambio de hábitos, pero ojo, no todo es apagar la luz al salir. Una arquitectura compacta, con dimensiones moderadas y situada cerca del lugar de trabajo será el punto de partida en la carrera del ahorro, la cual se apoyará en los certificados energéticos que clasifican la ecoeficiencia por letras y nos informan de los futuros gastos. De la A a la G, la diferencia al año puede rondar los 2.000 € en facturas y las 2 toneladas de co2 de emisiones.
"Darse cuenta de lo que hay que hacer y no hacerlo es cobardía". Confucio.
El potencial de la rehabilitación
Hasta un 60% del consumo puede llegar a reducirse gracias a la rehabilitación. En el caso de obra nueva, más aún y ya es posible disfrutar del “no gasto” con los conocidos como edificios de consumo casi nulo. Desde eurecat/ascamm, que lideraron una experiencia piloto en España, afirman que “si se incorporaran acciones de diseño más allá de la arquitectura del edificio, no solo se lograría reducir los gastos, sino que se podría llegar a generar beneficio al vender el excedente de energía producido”. Los ingredientes básicos son: un buen aislamiento, ventilación cruzada y geotermia, junto con el aprovechamiento de la luz natural y la energía fotovoltaica (fV). Recordando que no hay soluciones únicas que se adapten a cualquier planteamiento. Siempre se debe tener en cuenta el entorno, los costes tecnológicos y las necesidades específicas de los usuarios. Así garantizaremos el equilibrio entre eficiencia y eficacia.
Aprovecharse de la Naturaleza
Sobre nuestras casas llueve tanta agua y cae tanto sol como para cubrir, sin ningún tipo de problema, todas nuestras necesidades básicas. Los excesos inmobiliarios de años pasados nos han legado una gran cantidad de hogares que malgastan recursos y que no aprovechan los beneficios que el sol y la lluvia
nos ofrecen gratuitamente. Ya es posible realizar un recubrimiento fotovoltaico de máxima eficiencia, conducir la luz del sol hasta el último rincón del hogar y almacenar en neoaljibes el agua de lluvia para que no nos falte de nada.
Aprovecharse de lo que nos brinda la tierra, en el mejor sentido, es lo más inteligente que podemos hacer.
Temperatura Low Cost
En el presupuesto doméstico, la climatización puede ser el gran exponente del dicho “lo barato sale caro“. Calefacción y refrigeración suman la mayor parte de la factura energética, y es también el área que más fácil y más margen de mejora presenta. Escatimar en la partida destinada a aislamientos y ventanas con el pretexto de abaratar costes es un arma de doble filo que a medio plazo se convertirá en un foco de derroche. Según los instaladores, de media, en tres años queda amortizado el “sobrecoste” y a partir de aquí, todo son beneficios. Dependiendo del área climática, se calcula un ahorro de entre 300 y 1.000 € al año. Y es que entre el clima mediterráneo y el continental, la demanda energética puede llegar a duplicarse. En ambos casos, la reducción del consumo gracias al aislamiento puede variar del 30% con los materiales más sencillos hasta el 90% con los más sofisticados. Y si aun así se han de incorporar sistemas de calefacción o aire acondicionado, racionalizar su uso es la siguiente medida más práctica. Ser consciente de nuestro gasto es importante, y la inteligencia artificial nos lo pone un poco más fácil.
"Cuida los pequeños gastos, un pequeño agujero hunde el barco". Benjamin Franklin.
Trucos con efecto inmediato
Toda apuesta por la eficiencia es valorable, pero garantizar tasas de retorno más rápidas y la máxima efectividad requiere de un cierto análisis. Quizás un cambio drástico en la iluminación no tiene un rendimiento tan importante como una pequeña mejora en el calentador del agua ya que la luz no supone más de un 4% de la demanda de un hogar medio, mientras que el agua caliente, supone alrededor de un 25% del consumo. Desde luego un pequeño porcentaje de mucho suele ser más que un gran porcentaje de poco.