En las reglas no escritas de la decoración está escrito que el mármol Nero Marquina o el Rojo Alicante es para suelos de interior y el Travertino para exteriores, pero, ¿quién ha dicho que esto tenga que ser así siempre? De hecho, aunque han sido pocos los que se han atrevido a mezclar distintos tipos de mármol en un proyecto, siempre han salido airosos. Mies van der Rohe utilizó hasta cuatro tipos distintos de piedra (travertino romano, mármol verde de los Alpes, mármol verde antiguo de Grecia y ónice dorado del Atlas) en el Pabellón de Alemania en Barcelona. Quizá el hecho de que su padre, Jakob Mies, fuera comerciante de mármoles, le hizo aprender y amar las peculiaridades de este material y usarlo posteriormente en algunos de sus proyectos más conocidos.
Pabellon de Alemania en Barcelona, construido en 1929.
Foto: Fundació Mies van der Rohe Barcelona
Sin duda, si hay un maestro en el arte de mezclar distintos tipos de mármol, ese es Gio Ponti. El italiano se sirvió de él con frenesí y lo aplicó con maestría en Villa Planchart, en el Palazzo Bo en Padua o incluso en el edificio donde trabajó y vivió, hoy sede de su archivo en Via Dezza 49, en Milán. La importancia de Ponti en la arquitectura y el diseño es incontestable, y su influencia aún perdura, siendo el espejo en el que muchos arquitectos e interioristas se miran. Ahora que estamos en el año Picasso, que fue el que dijo aquello de “los grandes artistas copian, los genios roban”, cuesta discernir si estamos rodeados de buenos artistas o de genios; en cualquier caso, no son pocos los que imitan a Ponti. Especialmente cuando se trata de combinar distintos tipos de mármol en el suelo.
Entrada a la Gran Escalera de la Universidad Palazzo Bo Padua por Gio Ponti Dietmar Rauscher : iStock
Foto: Dietmar Rauscher via iStock
"Ni el hormigón, ni la madera, la piedra, el acero o el cristal son materiales resistentes. El material más duradero en la construcción es el arte".
Gio Ponti
Si hablamos de mármol y diseño contemporáneo, la americana Kelly Wearstler es una de las que, aprendidas las lecciones del italiano, lo aplica siguiendo patrones geométricos, en algunos casos, de gran complejidad. Su “cuartel general” en Los Ángeles, diseñado en 2013, cuenta con suelos de grandes bloques de mármol. Lo cierto es que la Wearstler es una declarada “marmolera” y no se corta en hacer muebles con travertino, revestir paredes, chimeneas, suelos o lo que se ponga por delante. Eso sí, siempre mezclando algo de Nero con Verde Indio.
Suelo diseñado por Kelly Wearstler en una casa modernista de los treinta, obra del arquitecto James Dolena.
Foto: Imagen cortesía de Kelly Wearstler Studio
Los suelos de mármol son costosos tanto por el precio de la piedra (el precio sube si en el proyecto se incluyen distintos tipos, y el corte forma un intrincado patrón, como el trenzado), como por su mantenimiento. Es un material poroso que necesita de tratamientos químicos para no alterar su color o apariencia. Debido a su PH, es altamente sensible a sustancias ácidas, ya sean bebidas, comidas o productos de limpieza. Pero con los modernos tratamientos para sellarlo, puede ser un perfecto maître en cualquier local. Meir Guri, otro fan de Ponti, colocó en Cafeteria, un restaurante de Tel Aviv, bloques de mármol de segunda mano cortado en diferentes formas y tamaños. El suelo forma un mosaico de colores jade oscuro, naranja, amarillo, crema, blanco, gris y negro. Muy pocos materiales consiguen un aspecto tan lujoso al instante.
El diseñador israelí Meir Guri ideó este suelo de mármol en un restaurante en tel Aviv como homenaje a Ponti.
Foto: Yaniv Edry
Otro ejemplo reciente donde el mármol destaca por encima del resto de materiales gracias a su mezcla es el proyecto de Flack Studio en Seúl, en el que se eligió una mezcla de mármoles en tonos cálidos de procedencia local para Caravan, una cafetería deluxe. El toque modernista (imposible no recordar Villa Necchi de Portaluppi) se logra con ayuda de paneles de madera y lámparas colgantes. Así se consigue un estilo infalible, atemporal y ¿para todos los públicos? Ustedes deciden.
En este local en Seúl, obra del australiano David Flack se mezcalron distintos de mármoles de procedencia local.
Foto: Sharyn Cairns. Cortesía de Flack Studio.