Descubre cómo transformar tu casa en una smart home y todo lo que aportará la automatización doméstica en un futuro muy próximo. Te resumimos lo que está por venir en 25 claves esenciales.
1. Una carrera de fondo
La introducción de los primeros electrodomésticos en nuestras casas fue el principio de lo que hoy llamamos domótica. En la primera década de 1900 llegaron a los hogares aparatos eléctricos capaces de realizar tareas domésticas de forma ágil y económica, comenzando por la plancha, la aspiradora y la tostadora. Poco a poco fuimos añadiendo las lavadoras, neveras, cafeteras etcétera. En 1960 apareció, sin éxito, el primer intento
de smart home: un ordenador del tamaño de una habitación que podía gestionar automáticamente diferentes aspectos de la casa como el clima, la televisión o programar la alarma.
2. La primera necesidad
El objetivo original que impulsó el desarrollo de la domótica fue la comodidad de uso. La industria trataba de incorporar sistemas automatizados que hiciesen la vida más fácil en nuestros hogares, reduciendo al máximo la cantidad de decisiones y acciones que los usuarios debían gestionar para que sus viviendas reuniesen las condiciones básicas de confortabilidad.
Lucid dream 06
Foto: Six N Five
3. Reducción a lo esencial
A lo largo de los años, la primigenia aparatosidad de los sistemas de automatización doméstica no ha hecho más que reducirse. Hoy en día, el espacio que requiere una instalación eficiente integrada es un armario de aproximadamente 60 x 100 x 15 cm que permite programar y personalizar todos los sistemas de la vivienda a través de una centralita, una tableta, un teléfono o las tres opciones.
4. Control remoto
Una de las características que más satisfacción genera entre los usuarios es la capacidad de controlar a distancia. Podemos comprobar desde el móvil si hemos olvidado apagar las luces, encender el sistema de climatización con antelación a nuestra llegada o ver las pantallas de videovigilancia cuando lo creamos oportuno. Este control, además de cómodo e intuitivo, incrementa la seguridad percibida.
5. A salvo de los cacos
La seguridad ha sido, después del confort, la segunda aplicación más buscada por el usuario. A través de la domótica podemos almacenar y programar nuestros hábitos de uso de la casa –encendido y apagado de luces y la televisión, subida y bajada de persianas, etc.–, para que nuestro hogar simule que estamos presentes, aunque nos hayamos marchado de vacaciones o de fin de semana.
6. Vigilancia en tiempo real
Actualmente, los sistemas de comunicación con el exterior de una vivienda que está siendo asaltada son mucho más rápidos y fiables. Tanto el usuario como la compañía de alarmas o la policía pueden acceder a las cámaras de videovigilancia de las alarmas antirrobo en tiempo real. Además, son sistemas cada vez más difíciles de desactivar para evitar los inhibidores que puedan utilizar los "amigos de lo ajeno".
7. Programación de ambientes
En el ámbito del confort, la característica que quizá despierta más interés es programar ambientes. Podemos crear atmósferas íntimas con luz tenue y cálida, música clásica y una temperatura cálida o ambientes de alta productividad con luz blanca e intensa, temperatura agradable, pero más fresca, y música de ondas alfa para mejorar la concentración.
8. Un modo de sentirse bien
Además de lo anterior podemos crear ambientes más saludables. La biofilia nos ha mostrado que escuchar esporádicamente sonidos naturales, oler determinadas fragancias o sentir ligeras brisas de aire activan determinados neurotransmisores en el cerebro con una repercusión muy positiva sobre nuestro organismo.
Lámpara con altavoz wifi Symfonisk, de IKEA.
Foto: Ikea
9. Dispositivos que hablan
El aumento de la velocidad de transmisión de datos gracias al 5G ha significado para los sistemas de domótica la posibilidad de llegar donde nunca hubiésemos imaginado.... y esto es solo el principio. En pocos años, los electrodomésticos de nuestras viviendas se comunicarán entre sí y con nosotros para hacernos la vida aún si cabe más fácil.
10. Integración en la nube
Las redes de datos inalámbricas y su capacidad incrementada han permitido crear sistemas de smart home más sencillos, sin necesidad de un cableado específico en casa. Hoy en día podemos tener un entorno de dispositivos domésticos integrados y controlados desde una aplicación en el móvil gracias a su conexión en la nube.
11. La casa en directo
Una de las aplicaciones más interesantes que está teniendo el 5G es la capacidad de atender al videoportero de casa de forma remota como si estuviésemos dentro. Hace tan solo cinco años, con la velocidad del 4G, no era posible planteárselo. Algo así nos proporciona un elevadísimo grado de sensación de control y seguridad.
12. Autonomía de funcionamiento
Dentro de poco será habitual que nuestra nevera detecte que algún alimento se está agotando y nos envíe un mensaje solicitando autorización para hacer un pedido al supermercado. Solo bastará que nos sincronicemos con el establecimiento para que, al poco de haber regresado a casa, un repartidor nos traiga la comanda.
13. Contribuir al ahorro energético
Una vez atendidos el confort y la seguridad, entra en juego un tercer aspecto relevante en el que la automatización doméstica tiene mucho que decir: el ahorro energético. Se impone consumir energía en horas de baja demanda para minimizar el impacto ambiental y financiero. Un buen sistema domótico es capaz de cruzar la información de los requerimientos de consumo eléctrico de un hogar con los momentos de menor impacto y adaptar el consumo en beneficio nuestro y, de paso, del planeta.
Moco Concept Store en Barcelona, de Isern Serra y Six N. Five.
14. Inteligencia Artificial
Los asistentes virtuales por voz –Alexa, Siri o Cortana– comienzan a ser una presencia habitual en muchos hogares. El siguiente paso será que estos sistemas, a través de la recopilación de nuestras preferencias y hábitos cotidianos, "sintonice" con nosotros y acabe convirtiéndose, salvando todas las distancias, en otro miembro imprescindible de la familia.
15. Tener la última palabra
No siempre podremos dejar actuar al sistema con plena autonomía. En ocasiones necesitaremos que una tarea esté acabada a una hora determinada; por ejemplo, la carga de nuestro vehículo eléctrico o alcanzar una temperatura de confort fuera del plazo fijado. También es posible definir unas tareas y garantizar que se cumplan, o dejar que el sistema domótico escoja por sí solo el mejor momento para ello.
16. Clima autogestionado
El confort térmico depende de la temperatura del aire, pero también de la humedad relativa (a mayor humedad, mayor sensación de bochorno y calor, de la radiación solar que entra a través de las ventanas y algunos otros. En los hogares no es tan común, pero en edificios corporativos la domótica mide y regula las condiciones del interior contemplando estos parámetros y ajustando en consecuencia el funcionamiento de la climatización.
Altavoz Google Nest.
17. Iluminación automática
La normalización de los sensores fotosensibles, en combinación con una tecnología de iluminación LED cada vez más eficiente, ha permitido diseñar sistemas de iluminación reactivos que miden la luz del exterior y su intensidad real en el interior para ajustar automáticamente la iluminación artificial y garantizar así las condiciones ambientales deseadas en cada momento.
18. Luz, domótica y bienestar
La cantidad y calidad de la luz en un espacio incide directamente sobre nuestro organismo y los ritmos circadianos que ajustan nuestra actividad a lo largo del día. Un hogar inteligente también permite crear escenas no solo en términos de confort, sino también de salud. Podemos crear, por ejemplo, una iluminación de inducción al descanso o de estimulación neurológica según convenga.
Mecanismo domótico de Jung.
Foto: Jung
19. Monitorizar el sistema eléctrico
El smart home ofrece asimismo un gran control sobre el sistema eléctrico. Podemos monitorizar el sistema para ver si tenemos fugas de consumo, fusibles que no están funcionando bien o circuitos cuyo consumo en stand by sea significativo. De este modo optimizamos nuestra instalación para hacerla más eficiente y más segura.
20. Prevención de averías
Los edificios, hoy más que nunca, son sistemas altamente tecnificados y complejos, diseñados para durar muchos años, pero no eternamente. Poder medir, controlar y anticipar determinados fallos en alguno de sus sistemas mediante un mantenimiento adecuado nos ahorrará mucho tiempo y dinero. Es posible.
21. Energía a conveniencia
Un bioswitch es un interruptor que apaga el circuito eléctrico cuando no necesitamos corriente, aunque mantiene siempre un pequeño voltaje (de 6 a 9 V) para poder encender de nuevo la luz cuando se necesite. Es una solución muy útil para evitar que el magnetismo de una instalación eléctrica afecte al descanso nocturno.
22. Magnetismo a raya
El aspecto más contradictorio de un hogar automatizado es la contaminación por onda electromagnética (wifi, 3G, 4G, 5G y bluetooth). Lo recomendable es que los sistemas elegidos protejan las zonas de descanso y aquellas en las que los niños pasen muchas horas, minimizando así la exposición a este tipo de onda.
23. Calidad del aire interior
Otra aplicación de la domótica es el control de la contaminación del aire. Es especialmente importante en las ciudades, donde el aire exterior acostumbra a estar muy viciado. Un sistema de climatización inteligente es capaz de incrementar la velocidad de la ventilación y filtración para mantener la atmósfera interior limpia.
24. A prueba de uso intensivo
Pero lo cierto es que también existe el riesgo de que creemos un ambiente interior poco saludable a través nuestra actividad cotidiana: tóxicos derivados de los productos de limpieza y belleza, CO2, electricidad estática, humedad relativa demasiado alta o baja, etcétera. A través de sensores podemos mantener a raya este problema.
25. Espacios que cuidan
Desde la perspectiva de la salud, gracias a la automatización las viviendas pronto se convertirán en eficientes asistentes sanitarios. En aquellos casos en los que sea necesario, podrán medir las constantes vitales de sus habitantes y reaccionar ante cualquier anomalía llamando a las emergencias médicas. En 2015, el Instituto de Tecnología de Massachussetts (MIT) ya presentó una tecnología inalámbrica, Vital-Radio, capaz de monitorizar ritmo cardíaco y respiración.