Cómo combinar colores en el salón para que quede bien

Si en cuestiones de color tan desafortunado es pasarse como quedarse corto, más aún si hablamos de una estancia con tanto protagonismo como es el salón. Aplicar la regla 60/30/10 es una forma de encontrar el equilibrio y disfrutar de una estancia armoniosa y compensada.

Combinándolos en la proporción adecuada todos los colores tienen cabida. Los más intensos como rojo, negro y dorado suelen ser utilizados como notas de acento.

Combinándolos en la proporción adecuada todos los colores tienen cabida. Los más intensos como rojo, negro y dorado suelen ser utilizados como notas de acento.Foto: Eugeni Pons

Uno de los objetivos a cumplir a la hora de decorar el salón, punto de reunión por excelencia, es transformarlo en un espacio equilibrado y bonito al gusto de todos. Aunque son varias las posibilidades que se abren ante nosotros, la más sencilla de todas consiste en aplicar la conocida como regla de 60/30/10.

El primer paso para ponerla en práctica consiste en escoger tres colores teniendo en cuenta que uno será el principal, otro el secundario y un tercero la nota de acento que, aunque con menor presencia, será igual de importante a nivel visual. Así, mientras el primer color ocupará el 60% del espacio, el secundario lo hará en el 30% y el último solo en el 10 %. Las paredes y el suelo también cuentan en ese porcentaje.

Los elementos naturales como los troncos y el paisaje funcionan como un color más en este salón.

Los elementos naturales como los troncos y el paisaje funcionan como un color más en este salón. Foto: Lluís Sans

Por lo general, el color dominante suele ser neutro a fin de establecer una base sobre la que aplicar los otros dos sin riesgo de saturación. Por su parte, el secundario ayudará a resaltar y el tercero proporcionará contraste. Rojo, negro y dorado son algunos de los elegidos a este efecto, debiendo utilizarse con moderación.

Un precioso y espectacular salón blanco en el que el azul del mar se ha convertido en color secundario siendo el verde de las plantas el utilizado como color de acento.

Un precioso y espectacular salón blanco en el que el azul del mar se ha convertido en color secundario siendo el verde de las plantas el utilizado como color de acento. Foto: Eugeni Pons

Con frecuencia el color base es el elegido para la mayoría de las paredes, aunque en ocasiones se establece el punto focal en una de ellas dándole mayor protagonismo con el secundario.

Las pinceladas de color suelen dejarse para los textiles más decorativos como cojines y cortinas u otros objetos como jarrones. Esto no quiere decir que todos deban ser iguales ya que lo ideal es crear una combinación dinámica.

El color de acento tiene gran importancia a la hora de transmitir sensaciones. Si en vez de verde hubiera sido rojo el matiz sería totalmente distinto.

El color de acento tiene gran importancia a la hora de transmitir sensaciones. Si en vez de verde hubiera sido rojo el matiz sería totalmente distinto. Foto: Eugeni Pons

En cuanto a la elección de colores en sí, el círculo cromático es una buena herramienta para descubrir cómo funcionan unos colores con otros. Por otro lado, también habrá que tener en cuenta que sensación y estilo se busca transmitir. La luz natural del salón también tendrá peso a la hora de seleccionar colores.

El blanco admite prácticamente todos los colores y los estilos. El gris funciona muy bien como neutro clásico con amarillo y rosa, y más vanguardista con rojo, naranja y azulón. Utilizar el azul como secundario sobre una base blanca y un 10% de rojo es el secreto para los ambientes de estilo coastal. Por último, el verde conecta con la naturaleza al combinarlo sobre todo con beige, amarillo y naranja.

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