¿Cómo serán las oficinas después de la pandemia del Coronavirus?

Probablemente, muchas de las medidas implantadas hasta ahora serán temporales pero las nuevas rutinas podrían convertirse rápidamente en una costumbre. Partiendo de la base de su larga experiencia en el desarrollo y diseño de soluciones para los entornos en los que trabajamos y vivimos, en Vitra han elaborado seis hipótesis.

La adopción de nuevas medidas de precaución en las zonas comunes ayudará a prevenir infecciones y evitar la propagación de enfermedades. Pero hay más.

La adopción de nuevas medidas de precaución en las zonas comunes ayudará a prevenir infecciones y evitar la propagación de enfermedades. Pero hay más.

Toma nota:

1. Se mantendrán estrictas normas de higiene, ya que la salud de los empleados es ahora un valor importante de la empresa
Las superficies, picaportes, aseos e incluso las zonas de contacto frecuentes de las sillas se limpiarán todos los días. Los tejidos y tapizados pueden perder atractivo, mientras que otros materiales fáciles de limpiar, como el cuero natural o sintético y el plástico ganarán protagonismo. La madera puede considerarse una buena opción: se trata de un material natural, cálido y agradable al tacto, pero higiénico y fácil de limpiar.

La limpieza y desinfección serán claves.

La limpieza y desinfección serán claves.

2. El teletrabajo será mucho más frecuente

Ahora hay mucha gente que trabaja desde casa. Este experimento involuntario ha demostrado que la tecnología funciona, que es posible ser productivos y que incluso se puede trabajar en equipo. Gracias al teletrabajo, las compañías pueden acceder a talentos de todo el mundo y al mismo tiempo reducir su huella ecológica. El teletrabajo ayuda a disminuir la densidad de personal en la oficina y, en consecuencia, permite el distanciamiento físico en el lugar de trabajo.

3. La forma y el lugar de las reuniones cambiarán

Después del coronavirus, nos plantearemos si es conveniente celebrar reuniones y el modo de hacerlo. Muchos actos y reuniones se trasladarán a las plataformas digitales. La frecuencia de las reuniones presenciales seguramente disminuirá: solo nos reuniremos cuando sea realmente necesario y lo haremos introduciendo medidas de distanciamiento físico en las salas de reuniones o en las reuniones de pie.

Podremos trabajar desde cualquier parte.

Podremos trabajar desde cualquier parte.

4. Se desarrollarán nuevas normas para el uso de espacios comunes y se adaptará la distribución de las oficinas
Espacios de trabajo abarrotados, empleados que se sientan unos junto a otros o necesidad de cambiar de mesa cada día porque los puestos no están asignados, son características que tendrán que replantearse cuando volvamos a la oficina después de la crisis. Sin embargo, esto no significa necesariamente el regreso de tabiques y cubículos. Las empresas tendrán que garantizar que haya distancia física entre los empleados y reducir el uso compartido de objetos y espacios.

5. Los lugares de trabajo físicos que queden serán una inversión consciente

La presencia física seguirá siendo indispensable en aquellas empresas, equipos y funciones que requieren mano de obra o una interacción directa con clientes o máquinas. Las encuestas y estudios actuales demuestran que los empleados no consideran el lugar de trabajo como un mal necesario, sino que en realidad disfrutan trabajando en la oficina. La pandemia de COVID-19 lo ha confirmado: después de un par de semanas de teletrabajo, la mayoría de la gente comenzó a echar de menos su entorno de trabajo habitual, la interacción social y la rutina. Por tanto, parece que la oficina tradicional proporciona un lugar de encuentro en un mundo cada vez más digitalizado.

'Un buen entorno de oficina cobra mayor importancia en tiempos de crisis: se convierte en lugar de reunión e interacción social, un lugar que refleja los valores culturales de la empresa’, afirma Nora Fehlbaum, directora ejecutiva de Vitra.

Los entornos serán, en realidad, mucho más agradables.

Los entornos serán, en realidad, mucho más agradables.

6. La estética cambiará, ¿o no?

La pandemia de COVID-19 nos ha enseñado que podemos trabajar desde casi cualquier sitio. Por ello, ir a una oficina física ha pasado a convertirse en una decisión consciente y deliberada. Vamos allí para encontrarnos con nuestros compañeros, realizar tareas concretas o coordinar nuestros esfuerzos con la misión y los objetivos de la empresa. Un común denominador que todos buscaremos será el factor humano. La oficina puede y debe tener un aspecto más formal que nuestras casas pero de una manera que satisfaga las necesidades humanas básicas después de la crisis. Debe proporcionar una sensación de bienestar, protección y seguridad (y además cumplir normas de higiene muy estrictas). Para satisfacer esta necesidad surgirán nuevas formas, colores y materiales. La oleada de innovación provocada por el coronavirus ha sido fundamentalmente digital y, por lo tanto, tan invisible como el virus. Los valores y objetos familiares que nos ofrecen seguridad, como pueden ser los productos intemporales que nuestros padres y abuelos utilizaron antes que nosotros, cobrarán mayor importancia.

Nos acogeremos a los objetos recuerdos.

Nos acogeremos a los objetos recuerdos.

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