Cada vez somos más conscientes de que nos ha tocado vivir un cambio de época, marcado por el rigor y la contención.Y como todo tiempo nuevo, inevitablemente surge un estilo que lo acompaña. Un nuevo ismo que, como ocurría en las vanguardias, rompe con todo lo conocido e irrumpe con la fuerza de un huracán para llenarlo todo. Una forma actualizada de aquel “menos es más” racionalista, pero esta vez sin restringir lo ornamental, sino lo superfluo. Menos presupuesto, pero más y mejor diseño. Creatividad y sentido común a raudales para lograr los mejores resultados, con los mínimos recursos y al alcance de todos. Hé aquí cinco claves para que lo bueno, además de bonito, salga barato.