Prolongar estas tareas no tiene sentido salvo que vivas en un verano eterno, en cuyo caso te envidiaremos. Para el resto de mortales ha llegado el momento de echar un vistazo a toda la casa y empezar a pensar en tirar, ordenar o prepararla de cara a los días fríos que sí, entrarán por la puerta de un momento a otro.
1. Textiles para el calor
Para los días de calor han estado muy bien, pero ahora que vamos querer estar calentitos en casa, lo mejor es guardarlos. El algodón, el lino, satén, la seda o incluso el cáñamo, en forma de sábanas, cubrecamas, manteles o para proteger el sofá del sudor, deben dejar paso a la lana, el paño, nylon, la pana y si eres friolero, la franela, que en pijamas es maravilloso.
El orden ayuda a llevar los días más fríos.
Foto: D.R.
2. Todo lo relacionado con playa y piscina
Para que la despedida del verano no sea tan dura, lo mejor es empezar poco a poco. Ve recogiendo todas las toallas, cestas de la playa, pareos, pañuelos o esterillas que vayas encontrando por la casa y los armarios, y dales un agua y guárdalos en el cajón de los recuerdos para el siguiente verano.
Adiós sandalias.
Foto: Irene Peukes
3. El olor de casa
Abrir la puerta y decir qué gusto ya estoy en casa, es una de las mejores sensaciones del mundo. Y aunque es cierto que un hogar tiene un olor característico, no está de más darle un toque. En veranos has optado por velas o inciensos más florales, pero el fresquito invita a aromas cítricos, frutas de madera perfumadas, lavanda, jazmín o pino, bosque o vainilla.
Velas sí. Y de diseño, también.
Foto: Pampa
4. Renovar los colores
No somos partidarios de tener que tener una casa en tonos oscuros solo porque parece que el invierno invita al recogimiento. Al contrario, creemos que las pinceladas de color en el hogar ayudan a mantener el ánimo en los días más oscuros. Pero quizá una mano de pintura no le vendría mal a alguna de las paredes o tapizar las sillas en tonos terrosos podría ser una buena idea.
No renuncies a pequeños detalles de invierno.
Foto: Olena Bohovyk / Pexels
5. Accesorios de verano
Esta puede parecer una categoría obvia, pero vale la pena enfatizarla. Cualquier prenda de vestir o par de zapatos que no vieron la luz del día en la última temporada (o dos), deben ser considerados para donación. A menos que sea para una ocasión especial, o que sea una pieza clásica que inevitablemente usarás de vez en cuando, un artículo que no hayas tocado durante un tiempo significa que ya no es tu estilo. Se debe prestar la misma atención a las chanclas y sandalias rotas, los trajes de baño desgastados y las camisetas que no se pueden salvar. No te empeñes y dales una salida digna.
Clasifica y vencerás.
Foto: D.R.
6. Cuidado de la piel y maquillaje
Revisa los cajones del tocador, el botiquín y la bolsa de maquillaje y haz un inventario de los artículos como humectantes livianos y máscaras a prueba de agua. Concéntrate en usar lo que queda o asegúrate de que se extienda hasta el próximo año, si de verdad no puedes vivir sin ello. Desecha todo lo que haya caducado, incluidos los productos básicos de verano como protector solar, repelente de insectos y aloe.
Un baño muy ordenado.
Foto: D.R.
7. Hola otoño
Hacer todas esas cosas implica sacar todo lo relacionado con el frío de la temporada anterior. Así que es el momento perfecto para hacer la limpieza que non hiciste al guardarlo. Es mejor ahora porque lo ves con el desapasionamiento de quien no lo ha utilizado todavía y por tanto serás menos selectivo que si has pasado una temporada con ello danzando por la casa.