El proyecto se llama CMYK y se trata de la reforma integral de una vivienda ubicada en un edificio de 1917 en el madrileño distrito de Arganzuela. Pero después de conocerlo, nada hace pensar ni que sea pequeño, ni de principios del siglo XX. Es como un salto al futuro con tintes espaciales que pasa del blanco al verde, cyan o magenta solo moviendo espejos y creado nuevos volúmenes. Una fantasía obra del estudio Martín Peláez.
"El nombre del proyecto responde a la idea de crear un hábitat de espíritu neo-neoplasticista, jugando con un lenguaje sencillo de línea, color, reflejo, luz y abstracción", explican desde el estudio. "El espacio acoge los usos típicos de vivienda, como son una estancia, baño completo, cocina, dormitorio y un espacio que puede ser un estudio, dormitorio ocasional o darle cualquier otro uso deseado con carácter temporal o permanente".
Todo parece trazado con tiralíneas, permitiendo diversos juegos y posiciones, medido al milímetro para, precisamente, parecer que hay más (milímetros). "Geométricamente el proyecto sigue un orden cartesiano con los mínimos trazos paralelos y perpendiculares entre sí, apareciendo como único elemento disruptivo la isla funcional de cocina, girada 45º respecto a la geometría natural de la casa, creando nuevo orden en el espacio. Dicho elemento abre miradas, aumenta el perímetro útil y crea un momento inesperado de sorpresa". Desde luego.
Volúmenes que se descomponen
Para entendernos todos, el proyecto es algo así como un contenedor neutro con volúmenes grises que se descomponen parcialmente "en planos de color estratégicamente situados", para tener presente ese mismo color en todas las visuales del espacio. Y a su vez, dichos volúmenes contienen el almacenaje, los aparatos de cocina y baño.
Los espejos tienen otro papel fundamental a la hora de explicar la reforma, pues reflejan el exterior, el interior y ofrecen nuevas visuales según el punto de vista. "También abren, cierran espacios y se desplazan, con el propósito de dar respuesta a las necesidades de un día a día cambiante que requiere, vivir, trabajar, almacenar y compartir sin renunciar al placer estético".
Y desde luego el mobiliario es otro elemento a destacar. Está realizado con elementos de carpintería a medida, chapados con láminas de color efecto espejo y gris efecto seda, de diseño propio. "El amueblamiento libre y la decoración son casi fantasma, juegan a integrarse y no dejarse ver. Gran parte de los elementos de la escenografía son creados especialmente para tal fin, realizados con metacrilato transparente, policarbonato celular, vidrio, planos de espejo, textil reflexivo, elementos metálicos y como único color, el blanco". Lo que decíamos, una fantasía.