Dos patios, varias terrazas y panorámicas hacia el Mediterráneo: esta villa lo tiene todo
En un exclusivo enclave de Málaga, el estudio Abalos+Sentkiewicz (AS+) proyecta esta villa de hormigón armado blanco rodeada de terrazas que asoman hacia excepcionales panorámicas con el mar y la costa africana de fondo.
En pleno corazón de la provincia de Málaga, concretamente en las laderas de Casares, en la exclusiva urbanización de Finca Cortesín se levanta esta villa que conecta dos patios (uno delantero y otro trasero) siguiendo la orientación del sol y el viento. La vivienda, proyectada por el estudio de arquitectura Abalos+Sentkiewicz (AS+), se abre al paisaje circundante a partir de una construcción focalizada en una pequeña gama de materiales como el hormigón blanco, la piedra local y el cristal.
El esquema se rodea de generosas terrazas para disfrutar de la vida al aire libre haciendo el mejor uso posible de las laderas en las que se asienta. A partir de una arquitectura con grandes aperturas la vivienda se organiza en dos plantas diáfanas y muy luminosas que adquieren autonomía propia. Si bien la superior cuenta con dos dormitorios independientes que se abren al paisaje, la inferior concentra toda la zona de día además de cuatro dormitorios. Una amplia sala de estar actúa como eje vertebrador de la planta y alrededor de ella se dispone la cocina, el comedor, el garaje y la zona de noche.
Una amplia terraza prolonga visualmente la sala a través de los cerramientos transparentes y expande la casa horizontalmente por todo su perímetro. Por la parte frontal, una sucesión de espacios semicubiertos se convierten en el mejore enclave de la casa para disfrutar del aire libre la mayor parte del año gracias a su ventilación cruzada y al buen tiempo que brinda el lugar. Asimismo, las formas geométricas que traza el proyecto de Abalos+Sentkiewicz regala un rico juego de luces y sombras tanto en el interior como en el exterior de la casa. Continuo a la terraza se extiende una zona ajardinada donde no falta detalle y presidida por un piscina infinita que parece integrarse completamente al entorno natural. A su lado, una especie de pasarela conduce hacia un mirador que brinda las mejores vistas al Mediterráneo y a la costa africana.
Las formas y acabados níveos del proyecto rinden homenaje a la arquitectura de Casares, un pueblo de construcciones blancas y volúmenes cúbicos que se extienden a lo largo de una ladera de gran belleza.